Hebreos 4:16: Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.
Por Pavel Miloban Matos Santos
Presidente de la Sociedad de Jóvenes Iglesia Pentecostal El Gran Rebaño, República Dominicana
Comentario
LA VOZ DE GOICOECHEA.- La Lluvia cae irrespectivamente en favor de todos los hombres: y así es la gracia.
1. La gracia no espera la observación del hombre. Así, como la lluvia cae donde no hay hombres, la gracia no busca publicidad.
2. Tampoco cooperación. «Como las lluvias sobre la tierra, las cuales no esperan a varón, ni aguardan a hijos de hombres» (Miqueas 5:7).
3. Ni sus oraciones. La hierba no pide lluvia; sin embargo, ésta viene. «Fui hallado de los que no me buscaban» (Isaías 65:1).
III. la lluvia cae donde menos podiamos esperarla
1. Cae donde no hay traza de anteriores chubascos, aun sobre el desierto desolado. Así lo hace la gracia, entra en los corazones que no habían sido bendecidos hasta entonces; la necesidad es la única súplica que se levanta al cielo (Is. 35:7).
2. Cae donde parece que no habrá recompensa para tal beneficio. Muchos corazones son naturalmente tan estériles como el desierto (Is. 35:6).
3. Cae donde la necesidad parece insaciable; «para satisfacer a los desolados».
4. Algunos casos parecen necesitar un océano de gracia, pero el Señor satisface la necesidad y su gracia cae donde el gozo y la gloria son totalmente dirigidos a Dios por corazones agradecidos. Muchas veces se nos dice que la lluvia cae donde no está el hombre. Cuando la conversión es obrada por el Señor no aparece ningún hombre; el Señor sólo es exaltado.
Dios les bendiga mucho
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