Proverbios 11:25: “El que es generoso prospera; el que reanima será reanimado”.
Por Pavel Miloban Matos Santos
Presidente de la Sociedad de Jóvenes Iglesia Pentecostal El Gran Rebaño, República Dominicana
Comentario
LA VOZ DE GOICOECHEA- «Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honrará a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles?» (Jueces 9: 9).
Los árboles, según esta parábola, estaban bajo el gobierno de Dios y no querían rey; pero se rebelaron y salieron de su verdadero lugar, buscando, al igual que los hombres caídos, hacer su propia voluntad y tener un rey.
Los árboles, según esta parábola, estaban bajo el gobierno de Dios y no querían rey; pero se rebelaron y salieron de su verdadero lugar, buscando, al igual que los hombres caídos, hacer su propia voluntad y tener un rey. Al rebelarse buscaron ganar a su partido a aquellos árboles mejores que habían quedado fieles.
Las verdaderas promociones no deben ser arrebatadas.
La pregunta en tales casos es: ¿En qué consiste mi deber? El énfasis tiene que ser puesto en mi deber.
Si Dios me ha dado peculiares dotes o alguna gracia especial, ¿tengo que jugar con estos dotes, tengo que abandonarlos para ganar honores en mi favor? (Neh. 6:11).
Una posición más alta siempre parece deseable, pero ¿es justo obtenerla a cualquier precio? (Jer. 45:5).
¿Puedo yo esperar la bendición divina sobre esta extrafía obra? Ponga la pregunta en los casos de riqueza, honor, poder que se nos presentan.
¿Tengo que arrebatarlos a riesgo de perder la paz, ser menos santo, tener menos oportunidad de orar o venir a ser menos útil?
DIOS les bendiga mucho
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