LA VOZ DE GOICOECHEA.- La recuperación económica de la región estará íntimamente relacionada con los procesos electorales.
Las empresas cierran, el producto interno bruto se contrae, el comercio se reduce, la inversión nacional y extranjera decae, el déficit fiscal se dispara, la deuda se coloca por encima de las nubes, se desploma el turismo, disminuyen las remesas, sube el precio de los alimentos, se restringen las libertades individuales, la humanidad queda sometida al confinamiento y la única esperanza radica en la eficacia de una vacuna”. Así resume la situación global Leonel Fernández, expresidente de República Dominicana.Hasta enero de este año, Latinoamérica, con el 8 % de la población mundial, concentraba el 20 % de los contagios y cerca del 25 % de las muertes en todo el mundo; de ahí que de acuerdo con estimaciones de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) habrá 40 millones de nuevos pobres después de la pandemia. No es de extrañar que aumenten las demandas sociales.
“Los latinoamericanos hemos conocido incontables crisis, pero nunca una en la que los gobiernos le pidieran a los trabajadores que no trabajen y a las empresas que no operen”, advierte Andrés Velazco, ex ministro de Hacienda de Chile, quien la describe como “un tremendo golpe a la oferta universal en países pobres, ricos, grandes y chicos, del norte y del sur”. Para poner en contexto la magnitud de los hechos, menciona el caso de Estados Unidos: “Solo en tres meses perdió más empleos que en toda la década de los años 30 del siglo pasado”.
Es el país al que el virus le ha cobrado más vidas. Cynthia Arson, directora del Programa Latinoamericano del Woodrow Wilson International Center da las cifras: “Con solo 4 % de la población mundial, 20 % de los muertos son estadounidenses. Una desgracia, considerando la capacidad técnica, médica y científica del país”. La situación, desde su punto de vista, hará que Estados Unidos se enfoque más en resolver asuntos internos.
“Hace seis meses cundía el pesimismo y la economía estaba deprimida. Hace tres meses, con la llegada de la vacuna, los índices accionarios se fueron a las nubes.
Las monedas de América Latina se apreciaron y reinaba el optimismo. En el último mes, debido a las dificultades de logística en el suministro de la vacuna y la aparición de nuevas cepas del virus nos han regresado al pesimismo”, reconoce Velazco.
Fuente de mayor incertidumbre no es la economía, sino la salud pública
Desde su perspectiva, “la fuente de mayor incertidumbre no es la economía, sino la salud pública, y de ésta dependerá la recuperación de los países. La capacidad de vacunar, de prevenir y controlar el virus determinará la velocidad con la que se recupere la economía: “Marchará al compás de la salud pública”.
Otros analistas estiman que de la recuperación económica dependerá que la democracia no sufra.
Latinoamérica; la región más vulnerable ante la crisis
Kevin Casas-Zamora, ex vicepresidente de Costa Rica y Secretario General de IDEA (Internacional International Institute for Democracy and Electoral Asistance), destaca que “así como el virus ataca con más fuerza a quienes presentan condiciones preexistentes”, los antecedentes económicos y políticos hacen que Latinoamérica aparezca como la región más vulnerable ante la crisis.
La brecha entre las expectativas sociales y la capacidad de los Estados de hacerles frente es mayor.
La desigualdad y la informalidad de siempre, advierte Casas-Zamora “son un grave obstáculo para las medidas de prevención sanitaria que se deben tomar para combatir el virus”.
A eso se suma que con sistemas de salud pública bastante debilitados, con la erosión de la inversión pública y una deuda pública del 70% del PIB, el impacto de la crisis seguirá siendo demoledor”.
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