Salmo 56:3: Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán
Comentario
*Por Rubén Ouzkouchian (Buenos Aires, Argentina).
LA VOZ DE GOICOECHEA.- Existe la vigencia de las promesas de Dios en situaciones de crisis. Debemos confiar, en tiempos de desesperación.
La famosa segunda ola del Coronavirus sigue avanzando a nivel mundial y cada vez más personas entran en pánico, y no solo por miedo contagiarse sino también por la situación económica de la mayoría de los países que va en pleno receso. Además, el distanciamiento con nuestros seres queridos es una de las principales causas de angustia y desesperación que padecemos muchos de nosotros.
Éste último tiempo tuvimos que detener todas nuestras actividades diarias, pausar la rutina y enfocarnos en nuestra familia. También tuvimos tiempo de aferrarnos a Dios y construir una relación más cercana a Él si es que no la teníamos y si la teníamos, pudimos conocerlo más.
Pero también hay una realidad, es que muchos Hijos de Dios se vieron sobrepasados por las situaciones mencionadas anteriormente y dejaron que el fuego del Espíritu Santo se apagara.
La Palabra de Dios rebosa de promesas que Él tiene para nuestras vidas, ahora, ¿Las promesas de Dios quedan invalidadas para aquellos que se alejaron de Él? La respuesta es no. En el libro de Romanos 8:35 el apóstol Pablo nos dice: ¿Podrá algo separarnos del amor de Cristo? Ni las dificultades, ni los problemas, ni las persecuciones, ni el hambre, ni la desnudez, ni el peligro ni tampoco la muerte.
Nada puede separarte del amor de Dios y si su presencia te acompaña, sus promesas aún permanecen en tu vida y tus generaciones, aunque tus pensamientos hayan querido convencerte de lo contrario.
Hoy vengo a recordarte que Aquél que lo dio todo por tu vida, prometió que estaría con nosotros hasta el fin del mundo, tal como dice en Mateo 28:20: y enséñenles a obedecer todo lo que yo les he mandado. Tengan presente que ”…yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.”
Tu vida y tus días estuvieron planeados desde el vientre de tu madre, tu embrión vieron sus ojos, tu vida es un propósito, vuelve al primer amor, corre a sus brazos, vuelve a ese lugar donde eras uno con Él, cordón de tres dobleces no se rompe fácilmente, deja que obre en tu corazón, que Él vuelva a ser el centro de tu vida.
“Por mi parte, yo estoy a punto de ir por el camino que todo mortal transita. Ustedes bien saben que ninguna de las buenas promesas del Señor su Dios ha dejado de cumplirse al pie de la letra. Todas se han hecho realidad, pues él no ha faltado a ninguna de ellas”. Josué 23:14
Dios no faltó a ninguna de sus promesas porque fiel es el que prometió, nos advirtió que tendríamos aflicción, pero hay una buena noticia… ¡El ya venció al mundo!
*Pastor
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