Gálatas 6:9: “No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos”.
Por Pastor José Peña
Ministerio Evangelístico “La Hora” de República Dominicana
COMENTARIO
LA VOZ DE GOICOECHEA.- Esta promesa nos asegura que si trabajamos diligentemente y no nos damos por vencidos Dios promete bendiciones para mi vida.
Dios ha hecho muchas promesas, pero, ¿qué implicaciones tienen para nosotros en la actualidad?
En Hebreos 10:23, Dios nos exhorta a no perder la esperanza ni la fe en Él y confiar en sus promesas, manteniendo “firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió”.
Sus promesas incluyen desde pactos que hizo con individuos y el pueblo de Israel, hasta profecías que inspiró a sus profetas y las palabras de Cristo y los apóstoles. Todas ellas son promesas que siguen vigentes hasta el día de hoy y nos dan una esperanza cierta en la cual podemos basar nuestras vidas confiadamente.
Uno de los primeros pactos que Dios hizo con individuos se encuentra en Génesis 9:8-17, donde promete a Noé, sus hijos y todos sus descendientes, que nunca volvería a destruir la Tierra con un diluvio. Como señal del pacto, Dios dejó el arcoíris —un constante recordatorio de que nunca habrá una inundación tan grande como aquella.
Más tarde, Dios hizo una promesa aún más trascendental a Abraham anunciando la venida de Jesucristo, el Mesías.
La promesa original se encuentra en Génesis 22:18: “En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra”; luego, Gálatas 3:16 explica que “a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo”.
En otras palabras, Dios prometió a Abraham que el Mesías saldría de sus descendientes. Y además de esta maravillosa promesa, el patriarca recibió muchas otras bendiciones y promesas físicas, como la de una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo y la arena del mar y la eventual posesión de Canaán (la Tierra Santa), “tierra que fluye leche y miel” (Génesis 22:17; 17:7-9; Deuteronomio 6:3).
Escríbenos a nuestro correo electrónico
0 Comentarios
Queremos ver tus comentarios, estos nos enriquecen y ayudan a mejorar nuestras publicaciones :
_______________________________________________