Por Gerardo A. Pérez Obando (Gapo)
LA VOZ DE GOICOECHEA.- Haremos el formato a un lado porque pese a la escogencia hablaremos más del entorno que rodea al personaje, con su debida justificación.
Hablando de introducciones, aprovecharé el momento para hacer mi parte, iniciando con el agradecimiento al Señor Director de "La Voz de Goicoechea", por el interés en publicar artículos que se abstraigan un poco de la información tradicional sin perder el rumbo periodístico tradicional.
En mi breve presentación diré que soy mezcla del cruce de sangre materna cañera guanacasteca con paterna espartana puntarenense, algo así como Chorotega, Huetar, Brunca. Nací en Palmar Sur en 1950, década de oro de la United Fruit Company, emigrando hacia la Capital en el ocaso de la Compañía Bananera de CR en 1962. Guardo en mi memoria algunas experiencias que hemos comenzado a compartir.
Germina mi aparición con la mezcla de los párrafos anteriores y el interés por la historia que como sabemos está conformada por leyendas, cuentos, narraciones, acontecimientos y/o anécdotas sin interesar el tiempo.
Bajo este preámbulo comenzaremos a hablar de don Víctor Julio quien fue parte de las primeras familias que ocupamos la colonia Rodrigo Facio Brenes y ciudadela La Mora en Ipís a inicios de 1960.
Hasta el momento ha sido infructuoso encontrar datos oficiales pero el recuerdo de algunos habla de un poco más de 500 casas. “Era una masa de cemento entre cafetales” ubicada en la zona alta al este de Goicoechea, bastante alejada debido a falta de calles, deficiente servicio de “cazadoras”, clima frío, ventoso y medidores sin agua entre otras cosas.
Algunas familias por circunstancias anteriores y otras no se ambientaron y partieron; sin embargo poco a poco el asentamiento urbano se fue estableciendo.
Nuestros padres, lamentablemente muchos no están con nosotros, fueron osados colonos de la tierra que los miró partir. La descendencia somos los pioneros con la particularidad que nos conocemos desde infantes. Veníamos de todos lugares…y también de Puriscal, decía una canción costumbrista en esos años.
Don Víctor Julio se entusiasmó al leer el artículo de “Franklin Quesada” (Chela, una historia real) con quien compartió aventuras de juventud, pero por esas cosas de la vida, lo más interesante es que a pesar de ser popular, nadie lo conoce por su propio nombre. De ahí, la pregunta para los habitantes de la colonia Rodrigo Facio Brenes, La Mora y ahora, alrededores:
¿Conoce usted a don Víctor Julio Salazar Montoya?
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