Salmos 91:3: “Él te librará del lazo del cazador. De la peste destructora”
Director de Relaciones Internacionales de la Asociación de Periodistas y Comunicadores Cristianos para Centro América y México
LA VOZ DE GOICOECHEA. Todos nosotros nos preocupamos de vez en cuando observamos las circunstancias a nuestro alrededor que implica cierto peligro. Quizá no tengas miedo para tu mismo, pero si temor para tus hijos, por tu pareja, por esos seres que amas.
Pero quiero decirte los que creemos en Dios a pesar de vivimos en un mundo en que estamos expuestos al peligro también, no tenemos que tener temor como si no tuviéramos un Padre Celestial que en su Palabra dice que nos cuida en todo momento.
La Biblia habla en varias ocasiones de ese cuidado que Dios tiene para con sus hijos, pero uno de los pasajes que más me encanta, para que puedas recordar esas verdades de protección divina es el Salmo 91.
Tenemos que recordar que a nosotros no nos cuida un hombre, no nos cuida un guardaespaldas. No dependemos de persona alguna. Porque el hombre por más que sea preparado, inteligente, alerta, no deja de ser humano infalible, puede distraerse, puede cansarse, puede superarlo en fuerza el sueño.
Pero a ti y a mí nos cuida el Dios Altísimo, el todo Poderoso. Nadie esta por encima de Él. No hay nada difícil, ni imposible para Él. El Poder de Dios y autoridad son absolutos.
Que por más grande que sea la amenaza es altísimo nuestro Dios. Él supera en fuerzas, en inteligencias a cualquiera amenaza que vaya en contra de nosotros. Hay tantas promesas lindas, que nos recuerdan eso en la Biblia.
Por lo menos en Salmos 121 vemos que nuestro socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra, que no se duerme, ni se distrae. Él es nuestra sombra es nuestra mano derecha, eso quiere decir, que el Señor está a nuestro alcance, esta cercano. Esta accesible, podemos confiar en Él, aunque sea de día o de noche.
Podemos contar con el Señor en todo el momento, en todo tiempo, en todo el lugar, aun cuando le hemos fallado. El Señor no se arrepiente de habernos adoptado. Él no nos abandona, es fiel.
Con el versículo antes dicho puedes fortalecer tu fe, con estas cosas, que Él promete en su Palabra.
El Señor nos va a guardar de trampas y peligros ocultos
Cuando un cazador quiere atrapar a un animal, escogía el lazo en medio de las hojas para que fuera invisible, que no se pudiera percatar el animalito, que caiga en una trampa. Cuando el animalito pasaba se tensaba la cuerda y quedaba colgado de una pata del animal y allí puede llegar el cazador a terminar de matarlo.
De esta manera, nosotros los cristianos en nuestro caminar, puede que el enemigo haya puesto lazo delante de nuestros pies para hacernos tropezar, para hacernos caer, para ponernos en peligro, para tensarnos y apartarnos del camino de Dios.
Pero él promete en su Palabra que Él nos librará del lazo del cazador. Descansa y vive confiado porque el Señor promete librarte de esas trampas ocultas. Él Señor te guarda de toda enfermedad o epidemia que causa la muerte. Cuando el universo, la tierra que tocamos esta caída vienen enfermedades pestes, estas cosas que proceden la muerte. El que cree en Dios no está excepto, pero tiene un Dios sanador. Usted puede orar y recibir la sanidad que el Padre promete en su Palabra.
Podrá el permitir con un buen propósito las pruebas de la enfermedad. Pero si no es tu momento de partir ten por seguro que Él es poderoso para sanarte. Una vez se cumpla su propósito el Señor te puede sanar. Es algo que podemos pedir.
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