Por Carlos Vindas
LA VOZ DE GOICOECHEA.- Una planta de incineración de basura ubicada en Carrillo, Guanacaste, recibió luz verde de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) en diciembre del 2020. Grupos ecologistas anunciaron acciones legales en su contra.
El proyecto —presentado por la cooperativa eléctrica, Coopeguanacaste— recogería la basura de los cantones de Liberia, Nicoya y Santa Cruz para luego incinerarla y convertirla en electricidad. Este es un proceso cuestionado por su huella ambiental.La planta se construirá en un terreno de alrededor de dos hectáreas en el cantón de Carrillo y procesará “entre 150 y 180 toneladas de residuos sólidos al día”, según el planteamiento del proyecto.
A partir de los desechos, Coopeguanacaste estima la producción de entre 8 y 10 MW de electricidad por día. El problema; sin embargo, son las emisiones de dióxido de carbono que generaría la operación.
La organización ambientalista Bloque Verde anunció que interpondrá “acciones legales” en contra del proyecto. Sin embargo, al cierre de la nota, no detalló qué tipo de recursos aplicarán.
Setena otorgó viabilidad ambiental al proyecto el pasado 16 de diciembre mediante la resolución 2146-2020, según se indico.
El adecuado manejo de residuos es uno de los principales retos ambientales de Costa Rica. Cada año el país produce 1,4 millones de toneladas de basura, un peso similar al de cuatro edificios como el Empire State de Nueva York.
De esos, solo un 6,6% de los residuos del país son reciclados. En comparación a los otros países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Costa Rica recicla cinco veces menos.
“Con la incineración, la basura no desaparece. La basura al igual que cualquier otra materia, no desaparece, sino que se transforma”, aseguró el investigador de la Escuela de Química de la Universidad de Costa Rica (UCR), Ronald Arrieta.
Un estudio de la Universidad Nacional publicado en 2018 muestra que la incineración generó menos emisiones que los rellenos sanitarios, pero produjo una alta presencia de partículas tóxicas como el óxido de nitrógeno (NOx).
“Hay una dioxina, por ejemplo, que está catalogada como la sustancia más cancerígena que se conoce en el mundo, y esta es solo una de varias toxinas que se liberan al ambiente con la incineración y la gasificación”, señaló Arrieta.
Por su parte, Coopeguanacaste argumentó en el planteamiento del proyecto que los gases pasarán por “procesos de limpieza para garantizar que al final del proceso su reincorporación al medio ambiente sea bajo condiciones que cumplan con la legislación nacional”.
Actualmente, los residuos son la segunda mayor fuente de emisiones de CO2 en Costa Rica, superados solamente por la quema de combustible para transporte.
En 2014, el Ministerio de Ambiente prohibió las incineraciones de residuos debido a la falta de reglamentación y control sobre sus emisiones. En 2015, publicó un reglamento sobre el tema que avala la incineración de residuos.
Como parte de las condiciones para operar, las plantas de incineración no podrán utilizar residuos para reciclaje, por ejemplo. Tampoco podrán quemar residuos electrónicos ni baterías.
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