Por Mirta Silvia Escobedo
Pastora evangélica en Argentina
LA VOZ DE GOICOECHEA.- Conozco a Cristo hace 35 años, desde muy jovencita, siempre buscaba algo que llene el vacío que había en mi corazón, a edad de 16 años entre a un centro espiritista, el cual comencé a trabajar en ese lugar pensando que era bueno y no sabía que estaba sirviendo al diablo invocábamos los espíritus de los muertos yo estaba muy entusiasmada con esa secta hasta que el diablo se cobró quitándome un hermano que murió por una operación de apéndice con tan solo 18 años. Ahí me di cuenta lo malo que esto era seguía buscando para llenar mi vacío.
Tenía un comercio y todas las cosas comenzaron a irme mal hasta que perdí mi negocio porque el diablo te quita cuando estás metido en esas sectas.
Todo te va mal, te destruye tu hogar, tu familia, tu vida, con esas sectas.
Cuando pierdo mi negocio que todo iba mal, comencé a buscar por curanderos, no encontraron solución.
Hasta que un día viene cerca de mi casa una campaña evangélica yo no tenía idea que era eso.
Nunca me habían hablado del evangelio.
Pero una noche fui para ver, me llamaba la atención las canciones tan alegres que cantaban para Dios.
Esa misma noche cuando el pastor estaba predicando sentí un fuego que me corrió por todo mi cuerpo y comencé a llorar porque no podía parar de llorar no sabía que era el toque de Dios.
Llegué a mi casa esa noche muy distinta algo dentro mío había cambiado no entendía, pero esa noche pude dormir en paz sentí algo diferente, una paz divina.
Al otro día estaba desesperada por regresar a ese lugar no sabía porque era hasta que pude darme cuenta que había tenido un encuentro con Jesús, nuestro Señor y Salvador desde ese día mi vida cambió.
Ese vacío que había en mi vida se había llenado.
Jesús lleno mi corazón de gozo paz y alegría.
Comencé a congregarme en una iglesia, cada día tenía más gozo, sentía el amor de Dios y empecé a estudiar su palabra en la Biblia.
Entre a estudiar en un seminario bíblico por 8 años hasta que pude terminar esos estudios para que la iglesia pueda levantarme como pastora.
Me ungieron para ser pastora hace 25 años, siempre estoy sirviendo y trabajando para mi Dios, predicando su palabra, rescatando gente para Cristo, ayudando a los necesitados, visitando enfermos y lugares muy precarios, dando leche y alimentos y todo lo que acontece en ayudar a los que necesitan del amor de Dios para que tengan un encuentro con Jesús, puedan experimentar el gozo que sentí yo y esa hermosa paz de Dios.
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