Proverbios 31:10-31: “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?. Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. El corazón de su marido está en ella confiado, Y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal. Todos los días de su vida. Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos. Es como nave de mercader; Trae su pan de lejos. Se levanta aun de noche. Y da comida a su familia. Y ración a sus criadas. Considera la heredad, y la compra, Y planta viña del fruto de sus manos. Ciñe de fuerza sus lomos, Y esfuerza sus brazos. Ve que van bien sus negocios; Su lámpara no se apaga de noche. Aplica su mano al huso. Y sus manos a la rueca. Alarga su mano al pobre, Y extiende sus manos al menesteroso. No tiene temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles. Ella se hace tapices; De lino fino y púrpura es su vestido. Su marido es conocido en las puertas, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra. Hace telas, y vende, Y da cintas al mercader.
Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir. Abre su boca con sabiduría, Y la ley de clemencia está en su lengua. Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde. Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. Dadle del fruto de sus manos, Y alábenla en las puertas sus hechos”.
Por Rafaela Valdez
Comentario
LA VOZ DE GOICOECHEA.– Mi mensaje de fin de año para las mujeres es que sean felices, que se amen y la única forma de ser es teniendo una relación con El Eterno.
La
prueba más difícil que tuve fue perdonar a mi padre; quien arruinó
nuestra niñez pero sólo al conocer a Jesús lo pude perdonar.
Mi
niñez fue difícil hasta mi juventud fuimos quemando etapas por
situaciones en la familia, porque mi padre era alcohólico, no
conocíamos a Dios a pesar que decíamos ser religioso pero lo mejor
fue cuando conocí a Jesús quien cambio total ente mi vida y me dio
esperanza y un sentido en la vida.
Mi triunfo más grande
después de mi Señor es tener una familia que ama al Señor y juntos
le estamos sirviendo llevando su palabra; no fue fácil pero con Dios
hemos logrado ser felices y establecernos como ministros de
Dios.
Son tiempo difíciles pero nada podemos hacer fuera de
Dios, si le ponemos a Él en primer lugar en nuestra vidas nada no
nos faltará y siempre viviremos en victoria.
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