LA VOZ DE GOICOECHEA.- Este 8 de diciembre, se llevó a cabo el programa NPC que encuentra publicado en el Facebook de nuestro medio, conducido en esta oportunidad por el periodista hondureño Jeffrey Ortiz Director Ejecutivo del Periódico Honduras Imparcial. Él mismo entrevisto a una persona que fue rescatada de las garras de las droga llamada Carlos Cerrato del Ministerio Pasión por las Almas de Honduras.
Cerrato nació en el municipio del Campamento, de Olancho uno de los más grandes departamentos que tiene Honduras.
Tuvo una historia de vida bastante marcada que lo obligo a irse a Estados Unidos y fue allá donde cambia su vida.
Con NPC conversó Cerrato
Entrevista
¿Cuéntenos su testimonio de vida?
Mi padre era un millonario, mi madre era de bajos recursos (extrema pobreza) que nos creó con en medio de una cantina, vendiendo guarro, igual que mi abuelita. Mi madre por querer salir de la pobreza puso su mirada en este hombre. Pero este la llevo a un monte y de allí salí yo. Al salir mi madre embarazada, no encontraba que hacer esta frustrada, porque las abuelitas en ese tiempo eran duras. Mi madre era una jovencita.
Entonces, mi madre emigra a otra ciudad que se llama San Pedro Sula, a otro lugar y conoce a un hombre, que luego se convierte en mi padrastro.
No viví con él, pero conocí a este hombre y este hombre, al mirar que mi madre era una jovencita bonita y embarazada, le dijo “yo me voy a hacer cargo de vos, pero con una condición cuando nazca este niño yo no lo quiero”.
Mi madre aceptó, la realidad de vivir con aquel hombre que hasta el día de hoy tienen 30 años de vivir en camas separadas.
Entonces, cuando yo nací mi madre me trajo para donde mi abuelita. El problema, es que como yo odie tanto a mi mamá por 30 años.
Yo me preguntaba ¿Por qué odie tanto a mi madre?.
Entiendo, que si a uno lo dejan con la abuelita, las mismas son lindas, pero yo me preguntaba ¿Porque le tome tanto odio?. El problema, no fue que me haya dejado con mi abuelita, sino que mi verdadera madre hizo un trato con mi abuelita, de que le dijera a mí que “ella no era mi madre”, sino que mi abuelita tenía que mentirme y decirme que “ella era mi madre”.
Entonces, yo me crecí diciéndole a mi abuelita “mamá”, desde pequeño entonces mi verdadera madre, tuvo tres hijos con mi padrastro.
Lo que sucede es que cuando mis hermanos venían a visitar a mi abuelita, mis propios hermanos me decían tío.
Eso me marcaba, pero a los 8 años, después de decirme mis propios hermanos tío, andaba comprando yo en la pulpería y la de la pulpera me dijo a mi “te están mintiendo. Esa mujer blanca, no es tu hermana, esa mujer blanca es tu verdadera mamá. Esos niños son hermanos tuyos”.
Fue donde yo tome odio con mi mamá, me salí a las calles, quise buscar al hombre adinerado, me dio la espalda, me corrió. Entonces, yo emigre, toda mi juventud el enemigo me la comió, con aquel odio y me fui para los Estados Unidos, llegue al llamado “Sueño Americano”.
Pero a pesar de todo lo que viví, Dios estaba marcando mi destino.
Allí estuve en drogas, caí preso, pero luego me levante y ahora soy pastor porque Dios me había marcado, me había escogido.
Deseo que mi testimonio sea para la Gloria de Dios y que almas sean alcanzadas por el poder de la sangre de Jesucristo.
Dice la Palabra de Dios, por medio del Apóstol Pablo hablando de Hechos 9:15 “Pero el Señor le dijo: Ve, porque él me es un instrumento escogido, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, de los reyes y de los hijos de Israel”.
Cuando nos encontramos con el Rey de Reyes, el Señor de Señores, se arma el rompecabezas en la vida espiritual de nosotros, el objetivo y el propósito.
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