LA VOZ DE GOICOECHEA.– Mi nombre es: Marvin Antonio Calderón Campos, un chico proveniente de los barrios más peligrosos de la ciudad de Managua, capital de Nicaragua, situada en el centro de las Américas, vengo de un hogar disfuncional, donde pasamos muchas necesidades económicas pero no carecemos de sueños.
Crecí en medio de mucha violencia, ventas de drogas y delincuencia, sin padre pero con una madre dispuesta a dar la vida por sus crías, soy el mayor de tres hermanos, comencé a conocer el mundo del hampa de mi barrio debido a que mi madre salía todas las mañanas a trabajar con mi hermano pequeño, mientras yo salía a botar la basura de mis vecinos por unos cuantos pesos, debo decir que a mi corta edad de diez años empecé a sentir las injusticia de la sociedad ya que me discriminaban por no vestir ropa nueva o por no tener dinero para cortarme el cabello, los años fueron pasando y yo fui creciendo con ese sentimiento de odio hacia una sociedad que lo único que hace es juzgar al prójimo por las apariencias.
Mientras los años seguían transcurriendo yo iba absorbiendo las cosas negativas y positivas que me rodeaban, desde pequeño fui muy trabajador y también muy curioso por todo aquello que veía en las calles de mi barrio, hasta que a la edad de 15 años comencé a hacer uso de la drogas, empezando por alcohol, siguiendo con marihuana, crack, etc.
Definitivamente estaba habiendo las cosas mal, pronto me llegue a convertir en un problema muy grande para mi madre, conocí muchas veces los fríos barrotes de una celda, debido a que en mi país la mayoría de las drogas son ilícitas, pase muchos años desperdiciando la vida de la forma más destructiva que puede existir, recuerdo un día que estaba tras esos barrotes que mencione antes y escuche una canción de rap muy hermosa llamada “He chocado con la vida” de big boy, canción con la cual empecé a reflexionar sobre la perdición en la que estaba envuelto.
Desde ese día puedo asegurar que no volví a ser el mismo, en esos momentos de introspección recordaba que en la escuela era muy bueno para escribir rimas, no era de sorprenderme ya que vengo de una tierra de poetas, prácticamente la poesía corre por mis venas, a las edad de 17 años decidí estudiar algo de música y debo decir que por primera vez en toda mi vida la música me hizo sentir sensaciones que nunca había sentido, desde ese entonces mi vida empezó a cambiar, llenabas hojas tras hojas con canciones escritas con mi puño y letra, hoy en la actualidad tengo 26 años, aunque no soy famoso ni tengo millones de dólares me considero un buen músico ya que mis letras no son para bailar más bien son para concientizar a las pocas personas que me escuchan a vivir una vida plena y luchar por sus aspiraciones, hoy en día tengo un grupo musical compuesto por cuatro personas, y trabajamos con distintas ONG compartiendo esperanza a jóvenes en riesgo y lo mejor ganando algunos ingresos extras gracias a la música, mi grupo y yo dedicamos muchas horas de practica para tocar conciencias con lo que hacemos y aunque quizás nunca nos hagamos millonarios como muchos músicos estamos seguros que vivimos a ayudamos a otras personas a vivir una vida plena con sus altas y bajas.
Ya
para concluir la redacción de este escrito les quisiera dejar unos
cuantos reglones de una canción escrita por mí.
“El odio no
es un buen recurso para una buena creación la base de todo triunfo
está en la fe y el corazón sin amor solo se cumplen objetivos sin
pasión que después que se cumplen, no cumplen ninguna función.
Defender las ilusiones por muy distintas que sean es una tarea linda no abandones tus ideas si tropiezas levántate, no pares tus pelea pues solo así tendrás aquello que tanto deseas”
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