Salmos 55:17 “Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz”.
Por Alberto Cabezas
Director de Relaciones Internacionales para Centroamérica y México de la Asociación Internacional de Periodistas y Comunicadores Cristianos
Comentario
LA VOZ DE GOICOECHEA. - El versículo Isaías 38:14 es el clamor del Rey Ezequías, es un grito desesperado pidiendo ayuda. Las personas reaccionan de diferentes maneras delante de la depresión. Unas se unen en el silencio absoluto, otras no quieren hablar con nadie se vuelven solitarios, otros como Ezequías lloran, gritan, se desesperan, otros cuando están deprimidos comen desesperadamente, mientras otros dejan de comer, eso depende de la naturaleza, de la personalidad de cada uno.
Todos los que padecen de depresión, salen de su comportamiento habitual y se transforman en personas casi desconocidas.
La depresión tiene consecuencias tristes. Ezequías Rey de Israel tenía todo para ser un hombre feliz. ¿Qué le puede faltar a un rey? Es solo pedir a sus empleados para que corran para cumplir sus deseos. Pero en el caso de Ezequías nadie podría hacer nada porque está enferma de muerte. Esto prueba que la depresión puede ser causada por diferentes motivos.
Otro ejemplo, es para el pobre la depresión por falta de oportunidades y para el millonario la causa puede ser la soledad, la familia destruida o el hijo en las drogas o como en el caso de Ezequías la enfermedad prolongada.
El propósito de la enseñanza de hoy es complementar lo que hemos venido escribiendo sobre la lección que hemos denominado “El dedo acusar” y el daño que este hace a la humanidad, el cual en muchas veces se traduce en “depresión”.
La Biblia es la mejor medicina contra la depresión, ya que la misma inspira esperanza.
La depresión, es uno de los grandes problemas de nuestro siglo.
Se conoce que el 15 por ciento, de la población mundial, ha padecido un problema depresivo a lo largo de su vida.
Un 5 por ciento, padece de lo que se conoce como una depresión prolongada, que es una depresión mayor. Estas son cifras alarmantes, pero son cifras reales.
La depresión se conoce a través de los sentimientos, de su estado de ánimo, muchas veces son causados por ese “dedo acusador”.
La depresión se manifiesta de diversas maneras, como decaimiento, tristeza, perdida del deseo de realizar actividades que antes le eran satisfactorias.
Las personas deprimidas pierden la motivación de vivir, se sienten basura y muchas veces intentan hasta el suicidio.
La Biblia está llena de personajes que en alguna vez de la vida sintieron depresión, David fue uno de ellos, en el Salmo 42 encontramos el cuadro de depresión que el salmista está viviendo era terrible, había sido ungido para ser el rey futuro de Israel, tenía un futuro maravilloso por delante para salir de la depresión.
Mira lo que escribe “Fueron mis lágrimas, mi pan de día y de noche. Mientras me dicen todos los días ¿Dónde está tu Dios? Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; de cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios. Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta”.
Qué situación tan terrible, de nada le valía los recuerdos bonitos del pasado, Él había sido un instrumento poderoso en las manos de Dios, pero ahorra, sumergido en la depresión su vida es llorar y llorar, siente que no tiene fuerzas para nada.
¿Te has sentido así, alguna vez?, ¿Conoces a alguien que está pasando por un momento parecido?
Ten cuidado de acusar no hagas lo que los amigos y familiares de Job, le dijeron a él que “su sufrimiento era causa de su pecado”.
Es verdad que la depresión muchas veces está relacionada con pecados ocultos. Pero hoy, está probado que la depresión es más que simplemente eso por más cristiana que sea. Por más que confíe en Dios, por más que en el pasado haya tenido una buena relación con Dios, puede sufrir de depresión, naturalmente en el momento que se separa de Dios, por lo menos eso es lo que la historia de David nos muestra.
El camino para salir de la depresión
El Salmo 39: 2-7 nos narra que mientras David está deprimido y guardaba silencio, se deprimía más y más, pero entonces comenzó a hablar con Dios sobre sus molestias y le pidió ayuda a Él. Posteriormente comenzó a tener esperanza.
Esto dice que hablar, decir lo que te duele, echar para afuera lo que te deja triste es el camino para salir de la depresión.
Primero díselo a Dios a través de la oración no tengas miedo de decirle que no entiendes lo que Él está haciendo contigo que no quieres vivir así, si es necesario discute con Dios, pero no guardes silencio no dejes de orar, no escondas tus sentimientos.
Ahora después que le hallas hablado a Dios busca un amigo confiable que sepa escuchar, cuéntale la causa de tu dolor, veras que eso te aliviará y te hará sentir mejor.
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