Las redes sociales y algunas aplicaciones han dado paso a un nuevo tipo de traición: las microinfidelidades. Este concepto ha sido creado por la psicóloga Melanie Schilling, quien ha comentado al The Daily Mail que lo hizo por la necesidad de dar nombre a un nuevo comportamiento entre las parejas.
Las microinfidelidades son todas aquellas acciones o comportamientos en los que incurre una persona comprometida, pero de forma sutil. Un tipo de coqueteo encubierto, o microinfidelidad, sería el contacto con otra persona ajena a la relación, bien sea de forma física o emocional, manteniéndolo en secreto a la pareja.
Las microinfidelidades son acciones pequeñas que hace una persona cuando se enfoca en alguien fuera de la relación. ¿En qué consisten exactamente? ¿Por qué ocurren? En el siguiente espacio queremos abordar un poco más sobre este tema.
Ejemplos de microinfidelidades
Algunos ejemplos de microinfidelidades, según esta psicóloga, serían:
Minimizar la relación real.
Consultar información sobre la expareja.
Guardar el número de una persona con nombre en clave.
No dejar saber a la otra persona que se está en una relación seria.
Interactuar de forma constante con otra persona que no sea la pareja, sin tener amistad sino solo atracción.
Tener conversaciones comprometedoras con otra persona, es decir, subidas de tono.
Si bien algunas personas pudiesen creer que estos son rasgos de personas controladoras, o que padecen de celos, la psicóloga enfatiza que la diferencia entre un acto ingenuo con una amistad y una microinfidelidad reside en que esta última se oculta a la pareja.
Dependiendo de la respuesta a la pregunta ¿por qué se oculta? es que se podrá hacer una valoración respecto a la existencia o no de una microinfidelidad.
En tiempos donde la tecnología nos facilita la comunicación con otras personas, se habla de una nueva forma de infidelidad: las microinfidelidades.
Nuevas infidelidades
Algunos expertos mencionan que con la aparición de nuevas tecnologías también han surgido nuevas formas de infidelidad, entre las que señalan:
Sexting.
Cibersexo.
Real touch.
Sexo con avatares.
Ciberollo o romance cibernético.
Para identificar si estamos en presencia de una microinfidelidad, también podemos evaluar las características de las novedosas formas de infidelidades:
Son accesibles: solo se necesita conexión a Internet.
Asequibles: su coste económico no es alto.
Anónimas: algunas veces, la identidad verdadera queda oculta.
Adaptables: en tanto que permite realizar fantasías, sustentadas en una doble moral.
Aceptables: dado que la forma de comunicación está normalizada.
Ambiguas: puesto que no siempre existe un claro límite entre lo permitido y prohibido, y lo sano y patológico.
Hay secretos e intensidad.
Reduce la amenaza que siente la persona agraviada, porque ocurre en el ámbito virtual y no real.
Hay desinhibición gracias a la distancia física.
Se muestran como más seguras.
Sin embargo, antes de identificar cualquiera de estos indicios, es mejor tener claridad sobre los límites que existen en la relación.
La relación debe tener las reglas claras
En el momento en que dos personas deciden formar una relación, lo primero que se debe hacer es fijar límites. De este modo, ambos podrán saber cómo dirigir sus comportamientos, o bien, conocer qué tipos de conductas pueden lastimar emocionalmente a la pareja. Las reglas claras también permiten conocer qué actitudes o acciones podrían perjudicar la relación.
Tener las reglas claras en la relación es saber cuáles son las acciones que pueden perjudicar o herir a la pareja.
¿Por qué ocurren las microinfidelidades?
Entre las razones por las cuales ocurren las microinfidelidades se encuentra el poder sentir la emoción de la conquista. De igual modo, hay quienes incurren en esta forma de engaño por la sensación placentera que les produce sentirse atractivos para otros.
Vale la pena destacar que es necesario conocer hasta qué punto la persona que incurre en la microinfidelidad desea llevar esa nueva “relación” o intercambio, ya que de eso dependerá el poder catalogarlo después como una infidelidad en sí.
Pues, muchas veces, lo que comienza como un juego sin pretensiones de cruzar la línea, termina convirtiéndose en una infidelidad y con la posterior ruptura de la relación.
Por ello, es importante determinar si los “juegos” románticos terminarán verdaderamente allí, o si se convertirán en algo más fuera del entorno virtual, capaz de afectar la relación que se tiene en el presente con la otra persona.
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