Por: Dr. Ronald Arrieta Calvo
LA VOZ DE GOCOCHEA.- El pasado 18 de agosto el Salón de Sesiones del Concejo
Municipal fue convertido por un síndico suplente y el presidente municipal en
una plaza pública de mala muerte. En plaza pública con una perorata llena de
frases inconclusas, incoherentes y falsedades sobre la sana administración de
fondos públicos por parte del presidente municipal. Y de mala muerte con los gritos
histéricos e insultos misóginos y homofóbicos de un síndico suplente, en apoyo
a una moción puesta en discusión por alteración del orden y sin poder ser
enviada para mayor análisis a la comisión de vivienda u otra. El exabrupto del
síndico contó con aplausos, la sonrisa complaciente, el agradecimiento y
justificación del presidente del Concejo, Carlos Murillo.
En forma atropellada y sin conocimiento previo a la sesión, el Concejo votó
sobre el destino de nada más y nada menos de 4 mil millones de colones. Se
gastarán en “la adquisición, seguridad, desarrollo y mantenimiento de los
terrenos en el Cantón de Goicoechea para el programa de vivienda.”
Lo más paradójico es que no existe programa de vivienda alguno. No se sabe cuánto
costarán los terrenos, cuanto habrá que destinar para dar seguridad y mucho
menos para el “desarrollo” y mantenimiento.
La primera zancadilla consistió en tomar por sorpresa a regidores y
regidoras que desconocían el texto de la moción introduciéndola por alteración
del orden del día.
Alterar el orden del día es para asuntos que se tienen que resolver
de urgencia y que no son muy complejos, o bien asuntos que vienen de la
Contraloría Interna o de la Contraloría General de la República. Pero jamás
para una moción que no es urgente, es de alta complejidad y un elevadísimo
monto. El Concejo es el espacio creado por la democracia costarricense para
deliberar con conocimiento de causa sobre asuntos que atañen a toda la
población y no para imponer decisiones atropelladamente.
La segunda zancadilla y que servirá para hacer las siguientes es la redacción
de la moción
Primero: supone la existencia de un programa de vivienda aprobado por la
Municipalidad, el cual no existe.
Segundo: ¿Qué significa “adquisición, seguridad, desarrollo y mantenimiento
de los terrenos para el programa de vivienda? ¿Para cuál programa? ¿Cuántas
viviendas? ¿Cuánta seguridad? ¿Durante cuánto tiempo habrá que pagar seguridad?
¿Cuántos guardas? ¿Cómo se les va a proteger a los guardas? ¿Cuál desarrollo? ¿Por cuánto tiempo el
mantenimiento? ¿Cuánto cuesta todo eso? ¿Alcanzan los 4 mil millones de
colones? ¿Cuánto costarán las obras de infraestructura?
No es la primera vez que un grupo de regidores presenta una moción colmada
de errores para compra de terrenos. En septiembre del 2018 se adjudicaron 860
millones para compra de una hectárea cercada y con seguridad. Al respecto la
dirección de Desarrollo Humano y la Dirección Administrativa y Financiera
emitieron su criterio y la imposibilidad de ejecutar una moción carente de
racionalidad igual que la presentada el martes 18 de agosto, pero esta vez por
un monto casi CINCO VECES mayor.
Don Luis Hidalgo jefe de la
Dirección de Desarrollo Humano fue muy claro al manifestar en su momento, que
“Dentro de la lógica de planificación requerida para lograr la eficiencia, la
eficacia y sobre todo la adecuada inversión de los fondos públicos” es
necesario cumplir con la RACIONALIDAD entre otros principios básicos de
la administración pública. El Lic. Sahid Salazar acotó que “la adquisición de
terreno implica que, en primera instancia, se encuentre aprobado en el seno del
Concejo Municipal el Reglamento del Programa de vivienda por ejecutarse y el
plan de ejecución de obras de infraestructura en el sitio que se adquiera,
aspectos omisos en este momento y que implicaría que la compra de terreno no
posee soporte de proyecto, ni indica las áreas del posible terreno”.
Haciendo caso omiso del mensaje llamando a la racionalidad y planificación
lógica de proyectos para evitar el despilfarro de fondos públicos, el regidor suplente
del PUSC manifestó que “para empezar a nadar hay que tirarse a la piscina”.
Totalmente de acuerdo. PERO siempre y cuando se respeten las leyes de la
física y la moralidad es posible lanzarse a la piscina. Hay que hacerlo con RACIONALIDAD,
sabiendo nadar, y con moralidad, con traje de baño. De lo contrario esa extraña
lógica de lanzarse a lo que sea, solo para decir que se está haciendo algo, trae
como consecuencia mares revueltos con las respectivas ganancias para los
pescadores.
En el espacio de plaza pública abierto ilícitamente después de la votación,
Murillo afirmó “estamos haciendo eso, planificadamente”. ¿Cómo
planificadamente, si no existe ni siquiera el primer paso de la planificación
que es el diagnóstico? Sin embargo, Murillo opina que “Primero para hacer ese
diagnóstico se debe comprar el terreno”.
¿En cuál libro o teoría de la planificación pública o privada se indica que
primero se ejecuta y luego se diagnostica? Es indigno y un desperdicio de
recursos que funcionarios públicos desconozcan los principios más básicos y
elementales de la planificación administrativa. Funcionarios que reciben una
jugosa dieta y cuentan con sendos asesores pagados con fondos públicos.
Más grave aún, Murillo dice que se están haciendo las cosas “transparentemente”-
Si así fuese ¿por qué razón no permitieron conocer con suficiente anterioridad
la moción para análisis y la introduce por alteración del orden?
Y más a contrapelo aún a la transparencia es que no se permitió que la
moción ni siquiera pudiese ser analizada por la comisión de vivienda u otra
comisión. Se dispuso sobre más de 4 mil millones de los vecinos de Goicoechea
en menos de una hora.
La tercera zancadilla va dirigida al alcalde.
Ya sucedió en la
administración anterior cuando miembros de la camarilla gestada por Carlos
Murillo en el período pasado, que decía que iba de la mano con la
administración, la exregidora Artavia, demandó a la alcaldesa Ana Lucía Madrigal
por incumplimiento de deberes, por no ejecutar una moción inejecutable como la
presentada el pasado martes 18 de agosto. Por esta razón, doña Ana Lucía
lamentó luego no haber vetado esa moción a pesar de las advertencias que se le
hicieron.
La cuarta zancadilla es para las personas necesitadas de vivienda.
En su antirreglamental
diatriba contra quienes claman por legalidad y racionalidad en este asunto,
dentro de las incoherencias y frases sin concluir Murillo se deja decir que
“una vez que se tenga eso vendrá la otra etapa para decir en esos
terrenos se pueden hacer 20, 5, 10 mil o 30 mil casas”. De 20 casas pasó a
5 luego a 10 mil y finalmente a 30 mil casas. De esta forma se crea la ficción
que habrá solución de vivienda para una gran cantidad de personas creando falsas
expectativas y dentro de 3 años y medio continuar con la falsa promesa de
“Vivienda digna para Goicoechea”. ¿Por qué razón si en el período 2018-2020
contaban con una mayoría incondicional de regidores, no elaboraron una moción
apegada a los principios de racionalidad y legalidad? ¿Cuál es el interés de no
hacer ni dejar hacer en pos de apaliar o solucionar el problema de la vivienda?
¿Será para cada cuatro años salir con la trillada cantaleta de “vivienda digna
para Goicoechea”?
¿Si como en la justificación de la moción se señala que la problemática de
falta de vivienda es consecuencia de la falta de planificación…”, entonces como
se pretende gastar más de 4 mil millones en algo que no se ha planificado y no
cuenta ni con un proyecto ni programa que lo enmarca?
No estar de acuerdo con una moción manejada sin transparencia, en forma
apresurada y redactada incoherentemente, es defender el dinero de todos los
habitantes de Goicoechea para que sean utilizados en soluciones bien
planificadas y coherentes para quienes más lo necesitan tal y como se hizo en el
período 2016-2018 cuando se estaba coordinando con el Ministerio de Vivienda un
programa integral que involucraba a varias instituciones estatales. Todo eso
fue tirado al cesto de la basura a partir de mayo de 2018 para presentar en su
lugar la imposible compra de terreno de un terreno “cercado” y con vigilancia
sin existencia de programa alguno. Justamente como señaló el regidor William
Ramírez: “En Goicoechea hay mucha necesidad.” Justamente por eso no nos podemos
dar el lujo de desperdiciar dinero en compras mal planificadas, dineros para
favorecer empresas de seguridad privada y en desarrollos no planificados.
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