Según indicó la CCSS, desde el primer caso COVID-19 que requirió hospitalización el 4 de marzo, se han generado un total de 241 hospitalizaciones. En los ingresos a salón, el primer impacto de aumento en la demanda se presentó a finales de marzo hasta el día 3 de abril, alcanzando la cifra de 16 personas hospitalizadas.
En semanas posteriores, desde el 20 de abril y por cinco semanas el comportamiento fue más moderado pues no superó las 20 personas internadas.
Sin embargo, la situación cambió con el repunte de los casos nuevos en la primera semana de junio, en el que se presentó un incremento de las hospitalizaciones cuatro veces más, se pasó de 20 personas el domingo 7 de junio, a 43 internados el domingo 28 de junio y 73 pacientes al 3 de julio.
Con respecto a las cifras de los casos nuevos diarios, se vuelven más agresivos en la demanda de hospitalizaciones a partir del 8 de junio. Se observa un crecimiento de 6 veces, pasando de 2 a 13 ingresos diarios en promedio al 3 julio.
“Así las cosas, cabe la posibilidad de comprometer la capacidad hospitalaria en términos de crecimiento de esta brecha… Esta situación resta la disponibilidad de camas en los servicios hospitalarios, aumenta el requerimiento de recurso humano, equipos de protección personal, equipamiento médico como: monitores, respiradores, bombas de infusión, oxímetros y hasta cosas tan simples como una toma de corriente”, indicó Román Macaya, presidente ejecutivo de la CCSS.
El 4 de marzo se registró el primer ingreso de un caso COVID-19 y fue en la segunda semana del 8 abril que se alcanzó cifra más alta en cuidados críticos a la fecha, 15 personas. Sin embargo, luego de tener 2 y 6 personas hasta el 2 de julio, en tan solo un día, el 3 de julio se registró un crecimiento de 10 personas.
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