Los beneficios que aporta el cambio de un coche de combustión por uno eléctrico se relacionan habitualmente con la economía del combustible, el coste operativo, las sensaciones de conducción y la defensa del medioambiente. Ahora, un estudio publicado por Environmental Defence y la Ontario Public Health Association asegura que la sustitución por vehículos eléctricos de todos los turismos y SUV del área metropolitana de Toronto y Hamilton causaría 313 muertes menos cada año y reportaría un beneficio social estimado de 2.400 millones de dólares.
El estudio “Clearing the air” analiza como ayudarían los vehículos eléctricos a reducir la contaminación, mejorar la salud y salvar vidas en el área metropolitana de Toronto y Hamilton. Marianne Hatzopoulou, profesora de ingeniería civil de la Universidad de Toronto y directora de la investigación, asegura que “la contaminación del aire dentro de los entornos urbanos es muy perjudicial para la salud humana”.
Al estar exentos de emisiones, eliminarían del entorno urbano, y por lo tanto del más cercano a los ciudadanos, contaminantes como óxidos de nitrógeno o partículas finas. Esta contaminación se traslada a las plantas de producción de energía que necesitan para recargar sus baterías, que está más alejada de las ciudades y que, por lo tanto, no provoca los mismos efectos sobre las personas: “el efecto neto sigue siendo una gran mejora en la calidad del aire”, asegura Hatzopoulou.
El estudio prevé la reducción en las emisiones de contaminantes en el aire utilizando datos epidemiológicos sobre la exposición frente a ellos. Health Canadá, la agencia canadiense relacionada con la salud, estima que cada año se producen 14.600 muertes prematuras que pueden ser atribuidas a la contaminación del aire. De ellas, más de 3.000 se producen en el área metropolitana de Toronto y Hamilton.
En toda su vida útil, cada vehículo eléctrico que sustituye a uno de combustión aporta de media casi 10.000 dólares en beneficios sociales, “que son compartidos por todos, no solo las personas que adquieren esos automóviles”, añade Hatzopoulou.
Muertes prematuras causadas por la contaminación del aire en cada uno de los escenarios estudiados. Fuente: "Clearing the air".
Los detalles del estudio
La contaminación del aire en las ciudades provocada por el transporte es causante enfermedades como el de cáncer de pulmón, el asma, las alergias, afecciones pulmonares obstructivas, hipertensión, accidentes cerebrovasculares y trastornos cardiovasculares como anginas de pecho o ataques al corazón. Los modelos de simulación pueden determinar la calidad del aire con una precisión de hasta un kilómetro cuadrado. En este estudio, se tuvieron en cuenta efectos como el aumento de las emisiones provocadas por la recarga de los vehículos eléctricos, así como la contaminación del aire que se desplaza a Toronto desde el norte del estado de Nueva York y el Medio Oeste estadounidense.
A continuación, los investigadores crearon simulaciones para tres escenarios en los que se reemplazan por eléctricos el 20%, el 50% o el 100% de todos los automóviles de combustión. Además, modelaron el efecto provocado por el cambio de todos los autobuses urbanos a eléctricos. Para convertir los beneficios sociales a cifras económicas se empleó un método llamado “Valor de la vida estadística” (Value of Statistical Life). Los resultados fueron los siguientes:
Convertir el 100% de los coches y SUV de combustión del área a vehículos eléctricos causaría 313 muertes menos cada año, y un beneficio social estimado de 2.400 millones de dólares.
La conversión de todos los camiones de transporte a modelos más eficientes causaría 275 muertes menos al año y un beneficio social estimado de 2.100 millones de dólares.
La conversión de todos los autobuses urbanos a eléctricos causaría 143 muertes menos cada año, un beneficio social estimado de 1.100 millones de dólares.
Aunque este estudio está centrado en el área metropolitana de Toronto y Hamilton, los beneficios para la salud que atraen los vehículos eléctricos se pueden extrapolar a otras ciudades del mundo. La investigación se centró en la adopción de vehículos eléctricos, separando sus beneficios para la salud de otro tipo de soluciones paralelas como el teletrabajo, la mejora del transporte público, y el fomento de los desplazamientos andando o en bicicleta, fruto de una mejor planificación urbana.
Canadá ofrece actualmente un incentivo a la compra de vehículos eléctricos de 5.000 dólares y están abordando la implementación de otro tipo de medidas como las cuotas de ventas obligatorias, mayores inversiones en infraestructura de recarga y elevar esos incentivos.
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