Una nube de polvo procedente del desierto del Sahara, en África, afectará al territorio de Honduras desde este lunes y durante toda la semana, informó este domingo la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) del país.
Los
técnicos pronostican concentraciones pequeñas del polvo, menores a 10
microgramos por metro cúbico, cantidad que "no será perceptible a simple
vista", desde este lunes por la tarde, sobre todo en la región oriental
del país, indicó el organismo de protección civil en un comunicado.
Según el Centro
Nacional de Estudios Atmosféricos, Oceánicos y Sísmicos (Cenaos), a partir del
jueves y hasta el sábado próximo se registrarán "concentraciones
importantes de polvo de alrededor de 100 microgramos por metro
cúbico".
El polvo podría producir "un cambio de color del aire, volviéndolo más oscuro", mientras que las partículas "reducirán las condiciones para formación de nubes y precipitaciones durante esa semana, principalmente entre jueves y viernes", añadió.
Estudios científicos han
demostrado que "en la cuenca del Caribe, el 30 % de las bacterias aisladas
del polvo presente en el aire, son patógenos conocidos capaces de transmitir
infecciones a plantas, animales o personas".
El polvo del Sahara,
proveniente del occidente de África, se caracteriza por traer una masa de aire
caliente, con muy poca humedad que, a su vez, contiene materiales biológicos y
químicos que son potencialmente dañinos a la salud respiratoria.
Este fenómeno es considerado
un provocador ambiental de los síntomas de la enfermedad del asma.
Ante el fenómeno, las
autoridades sanitarias de Honduras destacaron la importancia de que los
enfermos por COVID-19 y otras enfermedades respiratorias "cumplan con las
medidas de bioseguridad para evitar agravar su condición".
Para
una protección efectiva, recomiendan usar lentes protectores, mascarilla,
lavarse las manos, no tocarse los ojos con las manos y utilizar ropa
cubierta.
También
sugieren a la población cubrir los alimentos y el agua que almacena para evitar
la contaminación.
En 2018, el país fue
afectado por este fenómeno entre junio y agosto.
De
acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las tormentas de
arena en el Sahara provocan que se eleven a la atmósfera grandes cantidades de
polvo y arena que, suspendidos, logran viajar grandes distancias mucho más allá
del desierto, logrando alcanzar Europa o América.
El polvo del Sahara contiene hongos, bacterias, virus, esporas, ácaros, pesticidas y otros componentes químicos nocivos que afectan grandemente a las personas que padecen de asma, alergias y otras enfermedades respiratorias.
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