Hablar de sexo es difícil, aun cuando se sabe que se encuentra presente en casi todas partes. De hecho, para muchas personas no es fácil participar en este tipo de conversaciones, ya sea porque sienten vergüenza, o bien, porque les resulta confuso.
Por otro lado, hay quienes no saben distinguir entre qué es la sexualidad o qué diferencias existen entre el sexo y el género. Estas, y muchas otras dudas, siguen persistiendo a pesar de que ahora es relativamente más fácil tener información al respecto.
En casi todos los espacios se torna un tema de difícil abordaje. Por ejemplo, hay padres que todavía no explican a sus hijos sobre el tema, hasta que estos preguntan. No obstante, hoy se sabe que es importante que los padres hablen de estos temas con sus hijos, ya que hace parte de su educación.
Asimismo, hay parejas que tampoco consiguen hablar de sexo, lo cual complica las relaciones, pues ninguno llega a saber cuáles son los gustos sexuales o preferencias del otro. Mientras que sea difícil abordar este tema, siempre habrán dudas, confusiones y poca compresión del otro.
Hablar de sexo no es lo mismo que hablar de sexualidad, ya que existen diferencias entre ambos conceptos. Mientras que el tema siga siendo un tabú, la confusión seguirá reinando. En cualquier caso, las dudas sin resolver impiden que cada persona conozca más de sí misma y tenga problemas para definir su personalidad.
Algunas instituciones ya han aclaro que el término sexualidad implica “un conjunto de condiciones anatómicas, psicológicas y afectivas que caracterizan a cada sexo”. Es decir, es un concepto bastante amplio en el que se engloba el concepto de sexo, en sí.
Por esta razón, hacer alusión al tema de la sexualidad implica considerar aspectos sociales, culturales, y cualquier otro condicionante en la vida de la persona. De lo que no hay duda es que este tema se debe integrar a la vida cotidiana con el propósito de aclarar tantas confusiones que existen.
Es necesario que se promueva la reflexión sobre la sexualidad y derrumbar todos los mitos sobre el sexo. Esto permitirá acabar con cualquier tipo de pensamiento que, en lugar de esclarecer, someta a los individuos a sentir culpa y temor.
Ya se ha explicado que hablar de sexo no es lo mismo que hablar de sexualidad, porque este último concepto es mucho más amplio. Sin embargo, dentro de la sexualidad se encuentra la posibilidad de hablar de sexo. Así pues, la intimidad y el placer se pueden expresar por medio de ciertas creencias, pensamientos, actitudes, fantasías, normas, valores, entre otras.
Al hablar de sexo se alude a las características fisiológicas y anatómicas que hacen diferente a la hembra del varón, pero que no necesariamente deben coincidir con la forma como se siente cada persona. Por estos motivos, es un tema relevante en el núcleo familiar, las escuelas y, sobre todo, en la pareja.
Asumir que es un tema vital: es decir, que forma parte de cada ser humano.
Compartir con la pareja: para poder conocerse mejor y reconocer sus gustos y sus deseos. Hablar de sexo en la pareja refuerza la intimidad.
Es recomendable dejar a un lado cualquier sentimiento de vergüenza al momento de hablar sobre sexo, y esto comienza, sobre todo, en el hogar. Es hora de dejar a un lado los tabúes, los mitos y las falsas creencias para encarar el tema desde la mayor objetividad posible con el fin de lograr una buena educación sexual.
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