LA VOZ DE GOICOECHEA .- No conocemos si la FIFA o la Concacaf tienen reglamentación que obligue a sus afiliados a respetar las normas, en casos de que se produzcan situaciones inesperadas como esta pandemia del Covid-19 que obligó a suspender las competencias deportivas en todo el mundo.
Decimos esto porque el presidente de la Federación Costarricense de Fútbol, Rodolfo Villalobos, no ha sido contundente en sus opiniones al respecto y aunque afirma que prefiere que el campeonato termine, también agrega que está a la espera de acontecimientos, o de lo que pueda acontecer en otros torneos del área.
Y en el área centroamericana, desde hace rato la Federación de Fútbol de El Salvador, acordó dar por terminado su campeonato y declaró campeón al equipo que era líder en el momento de la suspensión, por cierto, un club de poca trayectoria en la máxima categoría: el “Once Deportivo”.
Ordenó también que el descenso se disputara en juego de ida y vuelta, entre el equipo que iba de último en primera, con el que marchaba primero en segunda. Caso cerrado como diría la doctora Polo.
Personalmente, consideramos que el Torneo Clausura de nuestro país, debe terminar una vez pase esta tormenta.
Cuando Dios mediante se controle la pandemia, los calendarios deportivos deben reestructurarse y el volver a acomodar las competencias, será cosa de locos.
La lógica indica, una vez esté más claro el panorama, terminar este Clausura y depende se ordenen los calendarios de otras competencias como el Torneo de Naciones, el Preolímpico y las eliminatorias mundialistas, se podría saltar el Torneo de Apertura y declararlo desierto.
Es más justa esta decisión que, por ejemplo, repetir lo que se decidió en El Salvador.
Si la Federación de Fútbol declara campeón nacional al Saprissa, porque es el líder actual de la clasificación, en este país se arma un alboroto de padre y señor mío. La bronca no pararía en muchos meses. Igual, si se condena a Universitarios al descenso.
Mejor esperar a que se aclaren los nublados del día y cuando las autoridades de salud den la ansiada orden del retorno a la actividad, entonces poner en marcha el calendario del Clausura, hasta que termine.
Se suspende el Apertura, para darle oxígeno a las selecciones nacionales y así, todos contentos.
*
Escríbenos a nuestro correo electrónico
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Y en el área centroamericana, desde hace rato la Federación de Fútbol de El Salvador, acordó dar por terminado su campeonato y declaró campeón al equipo que era líder en el momento de la suspensión, por cierto, un club de poca trayectoria en la máxima categoría: el “Once Deportivo”.
Ordenó también que el descenso se disputara en juego de ida y vuelta, entre el equipo que iba de último en primera, con el que marchaba primero en segunda. Caso cerrado como diría la doctora Polo.
Personalmente, consideramos que el Torneo Clausura de nuestro país, debe terminar una vez pase esta tormenta.
Cuando Dios mediante se controle la pandemia, los calendarios deportivos deben reestructurarse y el volver a acomodar las competencias, será cosa de locos.
La lógica indica, una vez esté más claro el panorama, terminar este Clausura y depende se ordenen los calendarios de otras competencias como el Torneo de Naciones, el Preolímpico y las eliminatorias mundialistas, se podría saltar el Torneo de Apertura y declararlo desierto.
Es más justa esta decisión que, por ejemplo, repetir lo que se decidió en El Salvador.
Si la Federación de Fútbol declara campeón nacional al Saprissa, porque es el líder actual de la clasificación, en este país se arma un alboroto de padre y señor mío. La bronca no pararía en muchos meses. Igual, si se condena a Universitarios al descenso.
Mejor esperar a que se aclaren los nublados del día y cuando las autoridades de salud den la ansiada orden del retorno a la actividad, entonces poner en marcha el calendario del Clausura, hasta que termine.
Se suspende el Apertura, para darle oxígeno a las selecciones nacionales y así, todos contentos.
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