El Covid 19 tiene al mundo pendiente de las cifras en general y de los nombres en particular. De los datos oficiales por un lado y de la familia y de los amigos, por otro. Atónitos, miramos a nuestros gobiernos para ver y respetar las medidas que se han tomado. Extremamos nuestras medidas de higiene. Nos comparamos con otros países, en cifras, en medidas de aislamiento social, en recomendaciones, en alertas. Con más menos miedo, con más o menos inquietud, el mundo entera contempla lo que está pasando con incredulidad. Hospitales que se levantan en días, compras masivas de mascarillas, cuarentenas…
Y entre tanto dato alarmante, a veces, aparecen luces. La investigación de las vacunas, el afán de los sanitarios que luchan en primera línea e historias como la de Máxima, que, a sus 100 años, un mes y nueve días le ha ganado la batalla al coronavirus.
Esta mujer centenaria de Albacete, una ciudad de Castilla la Mancha, en España, la tierra de Cervantes y Don Quijote, de viento, molinos y grandes llanos es hoy una heroína. Este viernes 27 de marzo recibía el alta médica, junto a más de 50 pacientes en toda la región, tras 15 días ingresada luchando contra el coronavirus. Ese que precisamente está llevándose la vida de cientos de personas mayores en decenas de países. Y precisamente por eso, hoy Máxima representa más que nunca la victoria y nos llena de esperanza. El ‘sí se puede’.
Máxima ingresó en el Hospital general de la ciudad y fue trasladada después a otro, para ingresar en la planta de geriatría. Su hijo, José Antonio, ha contado en la prensa de Albacete, en El Digital de Albacete, que durante la estancia hospitalaria de su madre el personal sanitario la ha cuidado y la ha mimado sin descanso. Asegura que se han desvivido por ella.
Un trato maravilloso como maravillosa ha sido la noticia del alta. La alegría es incalculable cuando los médicos te dicen que tu madre, de 100 años, ha vencido al coronavirus y puede dejar el hospital para volver a casa. Que se ha curado. Que lo ha logrado.
Máxima es ahora un icono de la ingente lucha contra el virus. Su hijo ha contado a la prensa con orgullo que el virus no ha podido con ella “por el genio que tiene”.
Y desde lo que su caso trasmite es mucha fuerza, como la que le va a dar a muchos pacientes y al mundo entero conocer su caso. Su cura lanza un importante mensaje a la sociedad, la nuestra, asustada por lo que nos está sucediendo. Es una luz en medio de una lucha mundial contra una pandemia. Como el aplauso que cada día a las 8 de la tarde, los españoles lanzan desde sus balcones a todo ese personal sanitario que cada día mira de frente al virus. También desde Albacete, donde sus sanitarios han conseguido salvar a Máxima.
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