LA VOZ DE GOICOECHEA.- Las cifras en Costa Rica son alentadoras, si se comparan con las de otros países también afectados por la pandemia de la COVID-19.
Hasta inicios de esta semana, al menos 70 mil personas habían fallecido en todo el mundo, del más de millón de contagiadas.
Desde el 6 de marzo, cuando se detectó el primer caso de esta enfermedad respiratoria en nuestro país, el ministro de Salud, Daniel Salas, advirtió de más muertes, más de las dos que hasta ahora se han registrado.
Un mes después la advertencia es la misma, pero el jerarca también aceptó que “Costa Rica hasta el momento no ha tenido un incremento de casos”, en parte porque un gran sector de la población sí acata las recomendaciones.
Pero esta buena noticia sobre las cifras no llega sola. El mensaje de Alberto Alape, director del Instituto Clodomiro Picado (ICP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), es esperanzador, en el sentido de que el país no solo podría estarle dando un giro a las cifras que desalentarían a cualquier nación, sino que también desarrolla un tratamiento de alta calidad para sus habitantes gracias a tecnología, capital humano y experiencia casi ausente en el resto de la región. “Esto es un proyecto país, nosotros estamos apoyando a la Caja y buscando alternativas para que como país podamos enfrentar la situación (…) Sigamos tomando las medidas para que esto no se salga de control, de manera que en el momento que tengamos esos tratamientos listos ya podamos relajarnos un poco“, dijo Alape.
Plasma convaleciente y su versión purificada
Cuando el cuerpo detecta un virus como el que provoca la COVID-19 genera anticuerpos, que pelean contra él. El tratamiento que podría aplicarse pronto en Costa Rica consiste en extraer esos anticuerpos de la sangre de una persona que ya sanó de COVID19 para usarlos en personas enfermas. En otras palabras, en lugar de esperar a que un enfermo empiece a generarlos, los médicos los integran a su organismo, para que lo defiendan. Este proceso puede ser todavía más eficaz si los anticuerpos son purificados antes de usarlos en el cuerpo del paciente enfermo. En este punto de purificación el Clodomiro Picado es clave.
Actualmente las autoridades de Salud (CCSS, Ministerio de Salud, Inciensa, ICP) y otras instituciones como el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC) trabajan en la creación de los protocolos que permitan extraer, manipular y transferir el plasma de al menos los pacientes ya recuperados para los pacientes graves, que necesiten intervención inmediata.
Luego, cuando exista la cantidad suficiente de sangre de personas recuperadas se podría generar el tratamiento para el total de los pacientes y hasta su versión mejorada.
“Los compañeros de la Sección de Desarrollo Tecnológica (del ICP) han estado preparando el equipo y la documentación que hay que presentar al Ministerio de Salud, poniendo el equipo a punto y haciendo pruebas para el momento en el que tengamos suficiente plasma de pacientes convalecientes realizar el tratamiento. No sabemos cuándo va a ser eso“, comentó Alape.
Los primeros 25 donantes
Posterior a la elaboración de los protocolos también se deberá buscar a donadores, un proceso nada sencillo, según explicó el director del ICP. Para generar inmunoglobulinas purificadas se necesitan al menos 25 litros de sangre, es decir, 25 donadores. Esas personas tienen que haber tenido COVID-19 y haber sanado mediante otros tratamientos.
Hasta este 6 de abril se habían recuperado 18 personas en Costa Rica. De ese total, algunos podrían oponerse a ser donantes, o bien, podrían no cumplir con los requisitos como peso mínimo o ausencia de otras enfermedades.
Ahora bien, el ICP no tendría acceso a los primeros litros de sangre obtenidos. Estos se usarían para tratar casi de inmediato a los pacientes en condición crítica. El ICP trabajaría con litros extra para ofrecer la mejor alternativa, una propuesta más pura.
“La transferencia de plasma funciona. La transferencia de anticuerpos purificados a través de ese plasma debería de funcionar aún mejor (…) Cuando un médico hace una transferencia de plasma tiene efectos secundarios en los pacientes (…) cuando se le administran anticuerpos purificados, que se hace en muchísimas enfermedades, los efectos secundarios son muchos menos que con la transferencia de plasma completo”, explicó el director del ICP.
Prueba en caballos
El equipo de este instituto también se prepara para hacer ensayos en otra línea: sembrar el virus en caballos para luego poder extraer los anticuerpos que el animal genera y, a partir de este material, producir tratamientos.
“Estamos trabajando duro y nos hemos sentido contentos con el apoyo de mucha gente: dos personas que llamaron para donar caballos y ya tenemos a los caballos, empresas privadas, colegas para ponerse a disposición”, narró Alape.
“Si logramos concretar estos desarrollos en los que estamos trabajando vamos a estar en la posibilidad de hacerle frente a la situación de una manera satisfactoria“, añadió el director del instituto, reconocido mundialmente por su incursión en la fabricación de sueros antiofídicos.
No baje la guardia
Pero incluso con el tratamiento en mano, la posibilidad de atender a personas enfermas dependerá siempre de la cantidad de personas contagiadas y su estado.
En muchas ocasiones Román Macaya, presidente de la CCSS, ha dicho que ningún sistema de salud soporta altos niveles de contagio y de personas en estado grave.
Para eso la principal recomendación es quedarse en casa y seguir las medidas sanitarias, así se evita el contagio en masa.
“Nosotros terminamos la jornada cerca de la medianoche y a las cinco de la mañana estamos intercambiando mensajes por WhatsApp (…) Andamos ‘full’, no paramos porque hay que dar una respuesta rápida, así que nos sentimos bastante presionados”, comentó Alape.
Este 6 de abril el ministro de Salud, Daniel Salas, felicitó a la población que ha seguido las recomendaciones y que ha permitido que el aumento de casos no sea exponencial como en otros países. Sin embargo, pidió extremar las medidas en una época en la que regularmente se tienden a conglomerarse: Semana Santa.
“Costa Rica hasta el momento no ha tenido un incremento de casos y eso tiene que ver con las medidas que hemos tomado previamente con la respuesta de la población (…) Podemos sentirnos orgullosos y orgullosas de que ese espíritu de equipo, de país, ha prevalecido.
Pero no podemos aflojar, no todavía“, dijo Salas.
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