En el sector del automóvil, la “ingeniería inversa” es una práctica habitual que utilizan las empresas para estudiar de primera mano los secretos que esconde la tecnología de la competencia. En otros casos, son medios de comunicación especializados los que utilizan esta misma práctica para dar a conocer el estado tecnológico de una empresa y la rentabilidad que se puede esperar de un coche durante los años que permanezca en producción. En el caso de Tesla no es la primera vez, ni será la última, que uno de sus coches eléctricos, y más concretamente el Model 3, se utiliza para este fin.
El fabricante californiano ya ha sorprendido a muchos equipos de ingeniería con su forma y su tecnología de fabricación. En 2018, la firma Munro & Associates, que desmonta coches pieza a pieza, advirtió que el coche agrupa la mejor tecnología montada por ningún eléctrico en el mundo. Ese mismo año, la consultora americana UBS desmontó una unidad de la versión “Long Range” del Model 3 para advertir que la versión “Standard”, la más básica que Tesla pretende vender por 35.000 dólares, no sería rentable para la empresa.
Chasis del Tesla Model 3
Ahora, el medio de comunicación japonés Nikkei Business Publications ha llevado a cabo un nuevo desmontaje del Tesla Model 3 tras la que ha quedado impresionada por el avance tecnológico que incluye, sobre todo en sus sistemas electrónicos. Literalmente, el informe indica que lo que más destaca es la unidad de control central integrada de Tesla, o lo que popularmente se ha venido conociendo como el Hardware 3, el cerebro neuronal del Autopilot 3.0 para la conducción autónoma total. ”Esta pequeña pieza tecnológica, que es el arma más importante de la compañía en el floreciente mercado de vehículos eléctricos, podría terminar con la cadena de suministro de la industria del automóvil tal como la conocemos”, asegura Nikkei. Según afirma la publicación, en el desmontaje estuvo presente un ingeniero de un importante fabricante japonés, que al examinar la computadora declaró, literalmente, “no podemos hacerlo”.
Esta nueva computadora fue lanzada en abril de 2019 fue calificada por Elon Musk como “el mejor chip del mundo”. Pete Bannon, el ingeniero a cargo del programa Autopilot en Tesla, afirmó que el nuevo hardware de Tesla multiplica por 21 la capacidad de procesamiento del anterior chip, fabricado por Nvidia. El nuevo cerebro de los coches eléctricos de Tesla será capaz de procesar 2.300 cuadros por segundo y realizar 144 mil millones de operaciones por segundo.
En este componente fundamental que todos los coches deberán integrarán en un futuro, Tesla ha adoptado una estrategia de arquitectura diferente, integrando verticalmente un gran porcentaje de centralitas que en otros vehículos están distribuidas en unidades separadas. Ha centralizado en ella aquellas que son críticas, como la computadora de a bordo y la electrónica, adoptando un ciclo de innovación más similar al de la industria tecnológica.
Computadora neuronal del Tesla Model 3. Foto: Nikkei Business Publications.
Según los expertos consultados por la revista japonesa, la competencia no podrá incorporar un sistema como el de Tesla hasta 2025. Este tipo de plataforma electrónica, con un chip tan poderoso en su núcleo, es la clave para manejar la enorme cantidad de datos que es necesario manejar para alimentar el software de decisión de los coches autónomos. “Los expertos de la industria esperan que tal tecnología se establezca alrededor de 2025”.
Sería de esperar que la capacidad económica de otros fabricantes les debería permitir invertir en el desarrollo de una plataforma similar. Sin embargo, hay una razón para que esto no sea así. Los fabricantes de automóviles temen que computadoras como la de Tesla vuelvan obsoletas las cadenas de suministro de piezas que han empleado durante décadas, asegura el ingeniero de Nikkei. Dichos sistemas reducirán drásticamente el número de unidades de control electrónico (ECU) en los automóviles, lo que supondría el final de muchos de los proveedores actuales que dependen de estos componentes para continuar en el sector. Los fabricantes de automóviles "se sienten obligados a seguir utilizando estas complicadas redes de docenas de ECU", mientras que Tesla puede adoptar un "lienzo limpio" y un enfoque vertical de la electrónica.
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