LA VOZ DE GOICOECHEA.- El ministro de Ambiente, Carlos Manuel Rodríguez, decidió anular los permisos otorgados (resolución No. 3374 – Setena) por la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) a un proyecto piñero ubicado en las cercanías del Humedal Térraba – Sierpe.
Desde el 2017, diversos sectores del país presentaron un recurso de nulidad contra la viabilidad ambiental que se le otorgó al proyecto piñero de la empresa Del Monte, señalando varios vicios que provocarían su nulidad.
El recurso fue interpuesto por Msc. Mauricio Alvarez en ejercicio de la presidencia de la Federación Ecologista (FECON) y con el apoyo de Dr. Allan Astorga Gättgens, Msc Alvaro Sagot y Licda. Sofía Barquero Mata.
El recurso de nulidad señala un claro favorecimiento al desarrollador del proyecto, omitiendo procedimientos técnicos vigentes y que podrían provocar daños ambientales irreversibles.
Los ambientalistas argumentaron que el megaproyecto de 500 hectáreas de monocultivo de piña incluye un gran paquete de agroquímicos tóxicos, como el Paraquat que está prohibido en muchos países por ser muy contaminante.
Además, basados en un estudio hidrogeológico, afirman que, si se contaminara un acuífero bajo la finca, se produciría una extensa pluma de contaminación que se movilizaría en dirección al Humedal Térraba Sierpe.
Otro de los puntos cuestionados es que el reporte arqueológico, ignora la existencia del sitio arqueológico Unesco Patrimonio de la humanidad y pese a la riqueza arqueológica existente en el área del proyecto. Por ese motivo, el reglamento vigente exige que en caso de encontrarse sitios arqueológicos se requiere una evaluación de Museo Nacional y de la Comisión Arqueológica Nacional, de previo a que se otorgue la viabilidad ambiental.
“Felicitamos al gobierno por reconocer el peso legal y técnico de nuestros argumentos y recordaremos este conflicto heredado por administraciones palanganas como un ejemplo de que a pesar de que hay funcionarios públicos que entregan los sitios más sagrados e importantes del país a la devastación y destrucción ambiental este país aún tiene gente que sabe defender lo valioso y lo sagrado”, indicó el ecologista Fabián Pacheco.
A este recurso se adhirieron cientos de personas en una manifestación el 15 de mayo 2017, el cual fue firmado además por personas campesinas, operadores turísticos, indígenas, todas posibles afectadas, así como ecologistas, universitarios, grupos de mujeres, estudiantes, cooperativas campesinas y otras fuerzas vivas.
“No debemos olvidar los nombres de quienes entregan al país a la destrucción ambiental. Costa Rica sería un país muy diferente si no tuviera un movimiento ecologista como el que tiene y que ha sabido levantar muchas campañas en defensa del bienestar público”, agregó Pacheco.
El Humedal Térraba – Sierpe es un área silvestre protegida del Sistema Nacional de Áreas de Conservación y fue declarado sitio RAMSAR en 1995. Además, forma parte del paisaje cultural del Delta del Diquis, sitio de patrimonio mundial, que reconoce que es uno de los centros de ocupación precolombina más importantes de América.
Según el más reciente informe del Estado de la Nación, la expansión piñera ha estado relacionada en ciertas zonas con invasión de riberas de ríos, zonas protegidas y ecosistemas sensibles; incluso perdiendo espacios de humedales en el país.
El recurso fue interpuesto por Msc. Mauricio Alvarez en ejercicio de la presidencia de la Federación Ecologista (FECON) y con el apoyo de Dr. Allan Astorga Gättgens, Msc Alvaro Sagot y Licda. Sofía Barquero Mata.
El recurso de nulidad señala un claro favorecimiento al desarrollador del proyecto, omitiendo procedimientos técnicos vigentes y que podrían provocar daños ambientales irreversibles.
Los ambientalistas argumentaron que el megaproyecto de 500 hectáreas de monocultivo de piña incluye un gran paquete de agroquímicos tóxicos, como el Paraquat que está prohibido en muchos países por ser muy contaminante.
Además, basados en un estudio hidrogeológico, afirman que, si se contaminara un acuífero bajo la finca, se produciría una extensa pluma de contaminación que se movilizaría en dirección al Humedal Térraba Sierpe.
Otro de los puntos cuestionados es que el reporte arqueológico, ignora la existencia del sitio arqueológico Unesco Patrimonio de la humanidad y pese a la riqueza arqueológica existente en el área del proyecto. Por ese motivo, el reglamento vigente exige que en caso de encontrarse sitios arqueológicos se requiere una evaluación de Museo Nacional y de la Comisión Arqueológica Nacional, de previo a que se otorgue la viabilidad ambiental.
“Felicitamos al gobierno por reconocer el peso legal y técnico de nuestros argumentos y recordaremos este conflicto heredado por administraciones palanganas como un ejemplo de que a pesar de que hay funcionarios públicos que entregan los sitios más sagrados e importantes del país a la devastación y destrucción ambiental este país aún tiene gente que sabe defender lo valioso y lo sagrado”, indicó el ecologista Fabián Pacheco.
A este recurso se adhirieron cientos de personas en una manifestación el 15 de mayo 2017, el cual fue firmado además por personas campesinas, operadores turísticos, indígenas, todas posibles afectadas, así como ecologistas, universitarios, grupos de mujeres, estudiantes, cooperativas campesinas y otras fuerzas vivas.
“No debemos olvidar los nombres de quienes entregan al país a la destrucción ambiental. Costa Rica sería un país muy diferente si no tuviera un movimiento ecologista como el que tiene y que ha sabido levantar muchas campañas en defensa del bienestar público”, agregó Pacheco.
El Humedal Térraba – Sierpe es un área silvestre protegida del Sistema Nacional de Áreas de Conservación y fue declarado sitio RAMSAR en 1995. Además, forma parte del paisaje cultural del Delta del Diquis, sitio de patrimonio mundial, que reconoce que es uno de los centros de ocupación precolombina más importantes de América.
Según el más reciente informe del Estado de la Nación, la expansión piñera ha estado relacionada en ciertas zonas con invasión de riberas de ríos, zonas protegidas y ecosistemas sensibles; incluso perdiendo espacios de humedales en el país.
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