El Dr. José Guevara Coto, bioinformático, y el Dr. Rodrigo Mora, microbiólogo, fueron las mentes detrás del desarrollo de los algoritmos. Fotos: Jenniffer Jiménez y Laura Rodríguez. |
Pero los AGA no actuarán solos. Para aumentar la certeza de los resultados, los algoritmos se basan en los datos obtenidos por medio de la tecnología de citometría de flujo. Esta técnica utiliza una luz láser encargada del recuento y clasificación de cada célula (de manera individual), a fin de descubrir si son o no cancerígenas.
“En los últimos años se ha intentado desarrollar marcadores urinarios para detectar el cáncer de vejiga. Sin embargo, ninguno de ellos fue capaz de alcanzar un nivel aceptado para convertirse en un procedimiento diagnóstico estándar. Por esa razón, de los Estados Unidos nos contactaron para ayudar a desarrollar un método que permitiera consolidar una prueba de fácil realización, rápida, barata y de alto rendimiento y, lo más importante, sin ser invasiva”, destacó el Dr. Rodrigo Mora Rodríguez, el único microbiólogo costarricense integrante del equipo y colaborador del Laboratorio de Docencia en Cirugía y Cáncer (DCLab-UCR).
Lo anterior marca un avance revolucionario a favor de la salud internacional. En la actualidad, para saber si una persona presenta un cáncer en la vejiga se le debe realizar una prueba invasiva conocida como cistoscopía.
Dicho proceso consiste en introducir a través de la uretra un instrumento delgado, similar a un tubo, el cual posee una luz y un lente. La principal desventaja de este procedimiento es que, durante la exploración, existe el riesgo que el aparato introduzca bacterias y origine una importante infección.
De igual forma, se suele aplicar cuando hay sospechas. Como consecuencia, en algunos casos existen pacientes sanos que son sometidos a un procedimiento invasivo innecesario.
“Se pretende que el examen de orina esté más orientado al tamizaje para la detección temprana y evitar cistoscopías innecesarias; es decir, hacerla solo cuando realmente se requiera. Por ejemplo, si un paciente presenta pequeñas cantidades de sangre en la orina (microhematuria), se le puede hacer la prueba de orina que diseñamos en este trabajo. Si el resultado es negativo, se evitaría que la persona sea sometida a una cistoscopía. Por el contrario, si el resultado es positivo, al paciente se le puede realizar la cistoscopía para conocer la severidad del cáncer”, explicó el Dr. Mora.
Con base en datos del informe Globocan 2018, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 549 393 personas tienen cáncer de vejiga y 199 922 fallecen en todo el mundo.
En Costa Rica se contabilizan 210 casos nuevos cada año; de ellos, casi la mitad de los costarricenses diagnosticados muere. Quienes sobreviven tienen entre un 50% a un 80% de probabilidad de volver a padecer la enfermedad.
Periodista: Jenniffer Jiménez Córdoba.
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