LA VOZ DE GOICOECHEA.- Niños y niñas de corta edad vestidos de azul, con uniformes similares a los de la Fuerza Pública, son estandartes de prevención, seguridad y tolerancia en el cantón alajuelense de San Carlos.
Los pequeños son ahora parte activa de diversas actividades preventivas que impulsa la Policía en calles y barrios para promover valores éticos y morales, así como normas de seguridad y convivencia en los hogares.
Así lo explicó el comisionado Luis Ortega, director regional de la Fuerza Pública en San Carlos, quien precisó que los niños, a quienes llaman “corazoncitos azules” representan los valores de solidaridad, de respeto y confianza en los Policías.
“Ellos aprenden, lo saben ya, que los Policías son sus amigos, que estamos para cuidarlos, guiarlos, y muy importante, los Policías estaremos siempre a su lado para escucharlos. Somos amigos”, comentó el jefe policial.
Según Ortega, esta iniciativa empezó hace algún tiempo con hijos de algunos Oficiales, pero ha tenido tanta repercusión en las comunidades que cada vez más menores y padres de familia se acercan a la Fuerza Pública de San Carlos para integrarse y participar de los programas preventivos.
Los pequeños, vestidos de policías, incluso entregan folletos y material preventivo a conductores y vecinos durante actividades de prevención que se organiza en calles y barrios sancarleños.
“Se les entrega un broche especial que los convierte en Corazoncitos Azules, lo cual representa mucho para ellos porque asumen valores y aprenden principios que aplicarán todos los días en sus casas, en la Escuela, a donde vayan. Procuramos q los niños se identifiquen con la labor policial. Corazoncitos azules, por los niños, por nosotros, por las futuras generaciones”, explicó el Comisionado.
A manera de anécdota, contó el caso de un niño que se portó mal en su barrio y fue abordado por otro menor quien le recordó “que no podía portarse mal porque era un corazón azul”. El niño reaccionó de inmediato y cambió casi de inmediato su comportamiento.
“Esto hace mejores personas. Los niños aprenden a confiar en los Policías, no como antes que quizá temían. Ahora, saben que somos amigos y estamos para ayudarlos y escucharlos. Nos pueden decir lo que les pasa. Son corazones azules, amigos de la Fuerza Pública”, insistió el jerarca policial.
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