LA VOZ DE GOICOECHEA.- Pese a tener una condena de prisión por un abuso sexual contra un menor de edad, la Santa Sede de la Iglesia Católica avaló que un sacerdote siguiera ejerciendo en diferentes comunidades de San Carlos.
Las autoridades de la Iglesia Católica nunca emitieron ninguna condena ni impedimento para que el hombre de apellidos Calvo Bolaños mantuviera el ejercicio sacerdotal.
Según detalló la Diócesis de Ciudad Quesada, Calvo Bolaños fue condenado por la justicia costarricense, cuando en el año 2004, la Sala Tercera confirmó una pena de 4 años de prisión por el delito de abuso sexual contra una persona menor de edad.
Al parecer, Calvo besó a la fuerza a una persona menor de edad de 16 años, por lo que tuvo que cumplir la pena desde el 25 de febrero del 2004 hasta agosto del 2006.
No obstante, a nivel eclesiástico se le abrió un proceso que se mantuvo hasta el 2010 y “por indicación de la Santa Sede” se avaló la continuidad del sacerdote en ese momento.
“La Diócesis de Ciudad Quesada realizó la investigación y se comunicó con la Santa Sede para dar seguimiento al caso del padre… Este seguimiento se dio por varios años y finalizó en 2010 sin que hubiera condena ni impedimento para que mantuviera su ejercicio sacerdotal. Esto por cuanto, no todos los actos de abuso son iguales en términos de gravedad”, señala un documento de la Diócesis donde se explica el caso.
En la misiva se detalla que a Calvo se le dio un proceso de acompañamiento espiritual y psicológico. Calvo sirvió en las parroquias de Guatuso, San Martín, Florencia, Aguas Zarcas y en La Fortuna durante 24 años.
Separado hace 2 meses
Pese al supuesto tratamiento que llevó el sacerdote años atrás, una nueva denuncia por “conducta sexual inapropiada” hizo que fuera separado de su cargo en diciembre anterior.
La Diócesis de Ciudad Quesada lo separó, luego de que se atendiera una nueva denuncia por una “conducta sexual inapropiada”.
El 17 de diciembre del 2018, una persona mayor de edad se reunió con el obispo, José Manuel Garita, y denunció formalmente al sacerdote. 4 días después, Calvo aceptó la acusación ante Monseñor Garita.
Ese mismo día, el jerarca de la Iglesia Católica en Ciudad Quesada, le impuso a Calvo la pena de suspensión canónica “en virtud de su autoridad y de acuerdo con el Código de Derecho Canónico”, según detalló la Diócesis.
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