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LA VOZ DE GOICOECHEA.- El magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Rafael Solís Cerda, fue militante del Frente Sandinista (FSLN) durante 43 años. Era considerado una de las personas de mayor confianza del presidente Daniel Ortega, tanto que hasta fue el padrino de su boda con Rosario Murillo en 2005.
Sin embargo, en la carta que divulgó este jueves con su renuncia califica a la pareja presidencial de “irresponsables” por haber armado a civiles para reprimir las protestas ciudadanas iniciadas en abril.
En el Poder Judicial, Solís fue el artífice intelectual de la sentencia que le permitió a Ortega reelegirse en el año 2011 para un segundo período consecutivo, porque entonces la Constitución lo prohibía.
El magistrado de la CSJ comenzó su carrera política como dirigente estudiantil en la Universidad Centroamericana (UCA), donde obtuvo su título de Doctor en Derecho.
Después, fue combatiente del frente interno del FSLN en Managua, en los barrios orientales, durante la insurrección final contra la dictadura de Anastasio Somoza; y cuando triunfó la revolución nicaragüense, el 19 de julio de 1979, pasó a las filas del entonces Ejército Popular Sandinista, del que fue representante en el Consejo de Estado.
En 1997 es nombrado magistrado de la CSJ por la Asamblea Nacional, junto a otros magistrados que aún se mantienen en los cargos, como Francisco Rosales y Yadira Centeno González.
Durante su estadía de 21 años en la CSJ, Solís fue miembro de la Sala Penal y la Sala de lo Constitucional. En el año 2010 protagonizó encontronazos públicos con sus colegas liberales, quienes al inicio se resistían a reconocer como legal un decreto presidencial que prolongaba a los magistrados el período en el cargo hasta que la Asamblea los reeligiera o eligiera a otros.
Durante su estadía de 21 años en la CSJ, Solís fue miembro de la Sala Penal y la Sala de lo Constitucional. En el año 2010 protagonizó encontronazos públicos con sus colegas liberales, quienes al inicio se resistían a reconocer como legal un decreto presidencial que prolongaba a los magistrados el período en el cargo hasta que la Asamblea los reeligiera o eligiera a otros.
A Solís se le recuerda como el magistrado que un día dijo: “Yo estoy aquí en la Corte (Suprema) para defender los intereses del Frente Sandinista”.
A lo interno de la Corte también le recuerdan porque muchas veces impidió que trabajadores de ese poder del Estado perdieran sus puestos de trabajo.
También se decía que era el único magistrado de la CSJ que recibía en su despacho a personas de origen obrero o campesinos procedentes de zonas remotas del territorio nacional, que buscan apoyo en casos judiciales.
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