LA VOZ DE GOICOECHEA.- El Ejército de Nicaragua nunca ha dejado clara su posición en relación a las críticas que ha recibido, porque nunca intervino en desarmar a los paramilitares que reprimieron a la población, recordó Luciano García, expresidente de Hagamos Democracia, uno de los organismos a los que el régimen le quitó la personería jurídica, al cuestionar lo que llama un silencio cómplice de la jerarquía militar.
García recordó que durante la represión orteguista más cruda contra la revolución cívica, que estalló en abril del año pasado, enviaron una carta a los mandos superiores del Ejército, encabezados por el general Julio César Avilés, para que en base a la Constitución procedieran a desarmar a los paramilitares.
Según las denuncias de la población, estos grupos irregulares se movilizaban con armas de guerra y en camionetas Hilux, por todo el país, causando terror en la población en plena coordinación con la Policía Orteguista.
Sin embargo, el Ejército nunca respondió a la solicitud realizada en julio por Hagamos Democracia y quiso mantenerse distante de lo que llamaron públicamente como problemas de orden público.
Los señala de cómplices
“Ante el silencio provocado por toda la represión que se ha dado en Nicaragua, el Ejército se ha convertido en cómplice en los homicidios y los crímenes de lesa humanidad que ha cometido el gobierno de Nicaragua”, señaló García, quien se encuentra en el exilio.
En el informe reciente del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) se pide una investigación a las máximas autoridades del Estado, encabezadas por Daniel Ortega, así como a la cúpula policial dirigida por el consuegro del dictador, el primer comisionado Francisco Díaz Madriz.
García habló de la necesidad de una depuración de las fuerzas policiales que sería una realidad si se restaura la democracia.
“Tenemos que hacerle una depuración y cambio total, empezando desde los principales altos mandos de la Policía que deben ser enjuiciados. Incluso se les debe cambiar hasta el uniforme porque infunden terror con el actual”, explicó.
Ejército también
Para el ejecutivo de Hagamos Democracia, también debe hacerse lo mismo con el Ejército. “Nosotros creemos que una de las acciones del próximo gobierno debe de ser, definitivamente, clausurar al Ejército, transformarlo en una policía ciudadana, en una policía cívica que vele y resguarde a los ciudadanos”, expresó García.
García explicó que no es justo se continúe manteniendo a un Ejército que recibe millones de dólares de fondos públicos del país, cuando no vela por los derechos de los ciudadanos.
“No es justo para Nicaragua y debemos quitarnos esa carga moral.. Debemos de agarrar esos millones de dólares y convertirlos en un ejército de educadores, en un ejército de escuelas, colegios y universidades; porque debemos enterrar esa cultura militar, que ha sido un pasado oscuro”, dijo García.
Voces sin escuchar
Desde que surgieron los paramilitares a mediados de mayo, personas y organizaciones de la sociedad civil han pedido a los mandos militares desarmar a los parapolicías de Daniel Ortega, pero éstos han ignorado esas voces.
Un grupo de mujeres nicaragüenses, encabezadas por la poeta Gioconda Belli, solicitó en agosto pasado al Ejército de Nicaragua “desarmar” a los grupos paramilitares que “usurpan” las funciones de las fuerzas armadas del país. El ejército también ignoró ese llamado.
En la carta pública dirigida al jefe del Ejército, Julio César Avilés, las mujeres le pidieron que “proceda a desarmar a los grupos parapoliciales que usurpan sus funciones y el equipamiento de la institución que usted dirige, para realizar actos criminales en contra de la población civil”.
FUENTE LA PRENSA - NICARAGUA
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