Matriz energética costarricense potencia uso de carros eléctricos


LA VOZ DE GOICOECHEA.-    En los próximos 15 años, la flotilla de automóviles eléctricos que transita por las carreteras costarricenses pasará de las actuales 650 unidades a unas 204.000, según el escenario más conservador que estima el Laboratorio de Investigación en Potencia y Energía de la Universidad de Costa Rica.


La matriz eléctrica nacional, renovable en casi un 100%, es el principal elemento que potencia la adopción rápida de esta tecnología, pues conlleva un beneficio medioambiental inmediato.

En países donde la generación eléctrica se hace con fuentes no renovables -como los hidrocarburos o el carbón- el cambio tecnológico solo trasladaría el problema de contaminación de las calles a las plantas generadoras. En Costa Rica, por el contrario, se lograría eliminar la principal fuente de emisiones contaminantes.

El otro elemento que da impulso a la adopción de la tecnología de vehículos eléctricos, es la ley de Incentivos y promoción para el transporte eléctrico (Ley 9518), aprobada en diciembre del 2017 y vigente desde febrero de 2018, pues libera de impuestos de importación a los nuevos vehículos, e incluso los exime de pagar el impuesto a la propiedad de vehículos, principal componente del marchamo, por un plazo de 5 años.

La aprobación de esta ley ya dio sus primeros frutos: de 2017 a 2018, el incremento en la flotilla de transporte eléctrico pasó de unas 350 unidades a aproximadamente 650. Esta cifra incluye las 100 unidades que adquirió el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), para incorporar a su flota vehicular.

El resto corresponde, en su mayoría, a propietarios de la sociedad civil.



Segunda electrolinera de la CNFL.



Electrolinera instalada por Coopelesca.

Enchufe al ahorro

Roberto Quirós es dueño de un vehículo eléctrico desde 2014. Por los últimos cuatro años, ha utilizado un Chevrolet Spark, que en promedio rinde 120 kilómetros por carga.

Con su automóvil anterior, de combustión, gastaba cerca de ¢120.000 al mes en gasolina. Tras el cambio de tecnología, dejó de gastar ese monto y su recibo de electricidad solamente incrementó en ¢30.000. Es decir, el gasto por utilizar su vehículo se redujo en un 75%.

Además del ahorro en el gasto por energía, otros costos también se reducen: no hay mantenimientos tan frecuentes en rubros como, por ejemplo, el cambio de aceite.

Quirós ya se animó a hacer una inversión en un segundo vehículo eléctrico, ahora un Ford Focus, cuya autonomía es de 200 kilómetros, aproximadamente la distancia que existe entre los parques centrales de Alajuela y Liberia.

En opinión de este usuario, uno de los mayores beneficios que ha recibido es la mejoría en su “calidad de vida”, pues son vehículos silenciosos, mucho más simples para manejar y generan menores preocupaciones en cuanto a sus gastos.

Estos menores desembolsos, a su juicio, adquieren valor en el tiempo y cuanto mayor sea el uso del automotor.

“Entre más kilómetros haga el vehículo eléctrico, más rápido se recupera la inversión”, comentó Quirós.

Con esta afirmación está de acuerdo Jairo Quirós, doctor en ingeniería eléctrica, quien coordina el Laboratorio de Investigación en Potencia y Energía de la Universidad de Costa Rica.

Desde su regreso al país en 2016, tras hacer investigaciones posdoctorales en movilidad eléctrica en Reino Unido, ha coordinado la creación de modelos de demanda y recuperación de la inversión para Costa Rica.

Quirós explicó que uno de las dudas principales que tienen los potenciales compradores de vehículos eléctricos es si su valor inicial se verá compensado en el tiempo. Esto por cuanto un automóvil básico de combustión ronda los $20.000 en los modelos nuevos, mientras uno eléctrico se aproxima a los $34.000.

En los modelos que ha elaborado el Laboratorio para asesorar a la Unidad de Transportes de la Universidad de Costa Rica, han logrado determinar cuán conveniente es el cambio de tecnología, usando como referencias los kilometrajes promedios, el costo del vehículo nuevo, el flujo estimado de gastos en mantenimientos, los costos promedio de la electricidad y los combustibles, entre otros.

“En la UCR trabajamos con fondos públicos. Por eso es necesario fundamentar técnicamente el cambio de una tecnología a otra. Necesariamente debe traducirse en eficiencia y una mejora económica, para que sea aprobado”, explicó.

El país está preparado

Investigaciones del Laboratorio de Investigación en Potencia y Energía han revelado que el país tiene las condiciones necesarias para que el parque de vehículos eléctricos siga creciendo.

Costa Rica escogió el formato tecnológico estadounidense, esto significa que todos los vehículos que lleguen deben cumplir con estipulaciones técnicas estándar.

El paso que sigue es la creación de la infraestructura necesaria para que los costarricenses puedan viajar a lo largo y ancho del país, con la confianza de que encontrarán puntos de recarga rápida, que permita cargar los vehículos en un periodo igual o menor a media hora.

Quirós explicó que después de analizar el territorio, establecieron tres etapas para la colocación de puntos de recarga. Una etapa mínima, con 34 puntos importantes (entre ellos, Liberia, Quepos y Pérez Zeledón); una etapa media, con 9 puntos de recarga más y una etapa robusta, con 4 más, para un total de 47.

El laboratorio también ha asesorado al ICE en temas relacionados con movilidad eléctrica y desde mediados de año realiza pruebas de campo en vehículos eléctricos de diferentes marcas y modelos, para evaluar sus rendimientos en arranque, velocidad y torque.

El investigador agregó que el crecimiento esperado en la flotilla vehicular podrá ser cubierto sin problemas por la infraestructura eléctrica actual, pues el incremento en la demanda está cubierto inclusive por la oferta actual.
Camino a la descarbonización

El principal lunar de Costa Rica en su lucha contra la descarbonización es el sector transporte, en el que la reducción de emisiones ha sido mínima, según estimaciones del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).

En la cumbre COP 21, en París, Costa Rica se comprometió a reducir el 25% de las emisiones, para el 2030. Esto lo llevaría a ser uno de los primeros 5 países en el mundo en cumplirlo.



Bernal Muñoz, director del Programa de Electromovilidad del Grupo ICE. 


La batuta en esta materia la lleva el Grupo ICE, que engloba al Instituto y a su subsidiaria, la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), la primera entidad en la región centroamericana en contar con una terminar de carga veloz, la cual se ubica en Escazú.


Pero no participan en solitario, también las otras empresas y cooperativas regionales de electrificación se han apuntado al cambio, pues la ley les exige que tengan infraestructura suficiente para atender clientes.

Hasta la fecha, todas estas entidades han cumplido con estaciones nivel 2, cuya velocidad de carga ronda las 3 o 4 horas.

Bernal Muñoz, director del Programa de Electromovilidad del Grupo ICE, cree que el país tiene la capacidad de que el cambio se de tanto en el sector privado, como en el sector público.

“Tenemos todo lo más importante: una matriz energética casi 100% renovable. Esto es extremadamente atractivo para la llegada de autos eléctricos. Con esa matriz energética un vehículo eléctrico, reduce 10 veces la huella de carbono de un vehículo de combustión”, explicó.

En la actualidad, el ICE ejecuta un Plan de Movilidad Eléctrica, que desarrolla de la siguiente manera:

Participación en política pública: Por medio de trabajo continuo con el Mopt y el Minae. En este momento trabajan en 3 reglamentos.

Liderar con el ejemplo: Esta semana estrenará 100 vehículos eléctricos, cuyos conductores han sido capacitados como promotores.

Red de recarga rápida: Licitación de 28 cargadores rápidos y 12 semi rápidos para parques nacionales. En este momento se encuentra en la etapa de adjudicación técnica. Además, adquirirá una plataforma de administración y un app transaccional.

Estrategia de comunicación y educación: Presencia en medios de comunicación y actividades educativas y de divulgación.

Financiamiento: Alianza con fondo interno de empleados, para promover el cambio tecnológico.

Oportunidad de oferta de servicios: Análisis de la posibilidad de brindar asesorías, venta de accesorios o complementos, leasing, entre otros.


Mitos y realidades

Los vehículos pueden cargarse en un tomacorriente sencillo, como el que hay en todas las casas.


El periodo de carga total es mayor, de 10 a 12 horas, pero no siempre deberá cargarse la totalidad de la batería. La infraestructura es sencilla, lo que permite que sea adaptable a edificios de apartamentos y condominios.

En caso de que se instalen estaciones en propiedades colectivas, existen medidores digitales inteligentes que permiten segmentar el consumo y la facturación, de acuerdo al usuario.

En los hogares también se pueden instalar cargadores de velocidad media, pero necesitará conexiones más potentes, similares a las que se utilizan para cocinas eléctricas o secadores.

Los cargadores de velocidad máxima son seguros para la batería del vehículo, pero su uso diario no es recomendado.

Los usuarios no están expuestos a un riesgo de electrocución mayor, pues la mayoría de componentes se desconectan en caso de accidente.


Fuente: Grupo ICE




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