LA VOZ DE GOICOECHEA.- Dictadura quiere borrar cualquier símbolo de protestas en su contra a través de adornos
Estas son estructuras de hasta nueve metros de altura que el régimen orteguista mandó a instalar para simular una supuesta “normalidad”.
El destello de luces rojas, verdes, azules y amarillas inunda las noches de Managua, cuyas avenidas lucen atiborradas de sendos adornos navideños, que el régimen orteguista ha mandado a instalar, mientras arrecia la persecución contra el pueblo. La ornamentación de la capital incluye la instalación de armatostes de hasta nueve metros de altura, según la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel).
La instalación de los adornos navideños cuenta con un 60 por ciento de avance, informó Enatrel. Esta nueva “fachada” de la ciudad capital incluye la construcción de una glorieta en la rotonda Jean Paul Genie, precisamente el lugar que la población autoconvocada convirtió en una especie de símbolo, colocando cruces, flores, imágenes católicas y fotografías de las primeras víctimas mortales de la represión estatal.
Para el sociólogo Cirilo Otero, con la imposición de la Navidad se está tratando de mantener un capricho en medio de un contexto de gran inestabilidad política en que el dictador Daniel Ortega es repudiado por la mayoría de los nicaragüenses.
El capricho consiste en querer doblar la historia: quieren que no hayan protestas, que la ciudadanía no piense que la situación está mal, y que, por el contrario, haya una aparente estabilidad social y emocional, explicó Otero.
El régimen sabe que lo cuestionan y lo critican. La misma vicepresidenta designada, Rosario Murillo, expresó en su comunicación del mediodía del viernes que nadie puede cambiar la fecha de Navidad, justificando la instalación de los adornos.
A lo largo de la Avenida Bolívar todavía se observan árboles de la vida. En el resto de Managua, los autoconvocados los tiraron al suelo.
“Me han dicho que hay quienes critican los adornos y los árboles navideños y también quieren arruinar esta estrella (del árbol navideño), porque dicen que con los adornos, con el árbol y con la estrella, Daniel (el dictador Ortega) quiere transmitir la idea de que todo está normal, y critican el árbol, la estrella, los nacimientos; pero ni Daniel puede cambiar la fecha de la Navidad, no tiene ese poder, así que vamos a la Navidad y vamos a la Navidad como una familia unida”, expresó.
Sin embargo, esa “normalidad” es lo que ha tratado de imponer el régimen a través de más y más represión; primero, con la “operación limpieza”, luego con los secuestros, después con el asedio a las manifestaciones pacíficas, y, al ver que la población no se amedrentaba, decidió criminalizar y prohibir por completo las manifestaciones.
Las “cortinas de humo”
Otero explicó que la forma caprichosa de Ortega no es nueva, ya que desde que regresó al poder ha tenido un comportamiento similar.
“Se creaban burbujas de crecimiento, de alegría, de algarabía, de mucha relación con los santos, iluminación, crecimiento económico exagerado, etcétera. Es una práctica constante en la dictadura: la desinformación”, explicó el sociólogo.
Dicho comportamiento lo catalogó de “pobreza mental”, ya que con acciones como esas no va a cambiar el pensamiento de la sociedad. Otero considera que, en definitiva, la estrategia de Ortega no le está dando resultados. Eso se nota en la actitud de las personas, pues son pocas las casas que lucen adornos navideños en Managua, contrario al comportamiento que ocurría en años anteriores en el mismo período.
La dictadura construye una glorieta sobre la rotonda Jean Paul Genie, donde la población tenía cruces recordando a las víctimas de la represión.
No obstante, el especialista explicó que la estrategia de Ortega puede estar encaminada bajo una lógica de tomar más tiempo, y mantenerse en el nivel donde está, que no es una posición de poder (ilegítimo), sino que tiene dinero y cuenta con la Policía y el Ejército de Nicaragua, es decir, dinero y armas.
El primer lugar donde se instalaron los adornos navideños fue en la Avenida Bolívar, donde aún sobreviven los árboles de la vida, ya que en otras zonas de Managua fueron “talados” por la población enardecida, en repudio a la pareja dictatorial. En la zona predominan ángeles enormes con una paloma blanca en sus manos, como símbolo de paz. Lo que menos existe en Nicaragua.
Antimemoria histórica
Antes de la revolución cívica que inició en abril, la rotonda Jean Paul Genie era un espacio más en la que el régimen colocaba adornos navideños como en el resto de Managua.
Sin embargo, este año, ese espacio se convirtió en un territorio de lucha y memoria histórica, en especial por los caídos. Fueron muchas las veces que fanáticos del régimen arrancaron las cruces que los autoconvocados habían colocado como tributo a los jóvenes caídos. En ese lugar, la dictadura, en un intento de establecer la “normalidad”, instalará una glorieta que contará con accesos por diferentes costados, con iluminación, con guirnaldas en sus arcos, y se colocará bancas. El régimen quiere que la gente olvide.
FUENTE LA PRENSA - NICARAGUA
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