Ajuste de cuentas desde “la montaña a la ciudad”. I acto

Dr. Ronald Arrieta Calvo
Érase una vez un jugador de ajedrez egresado de la Academia Unión Social Maquiavélica de Ajedrez que deseaba nuevamente regentar sobre todos los condados. De la montaña a la ciudad. Para ello formó una alianza con algunos cortesanos de condados vecinos. 
Colocó a dos de sus cortesanos y los elevó al rango de rey y reina para realizar las ordenanzas del hábil jugador. Luego atrajo a peones de condados vecinos y los subió a la categoría de torres y alfiles a pesar de que no cumplían con los requisitos y asignándoles tareas que muy maltrechamente podían cumplir. Tres ejemplos: 
*acallar cualquier pronunciamiento o iniciativa de los cortesanos vecinos, aunque se tratase de cortesanos juveniles. 
*difundir mentiras y falacias sobre cortesanos vecinos y 
*emitir acuerdos prevaricativamente contra cortesanos vecinos avasallando sus derechos. 
Al no existir enemigo real, acudió en auxilio ante don Miguel de Cervantes quien le recomendó luchar ahora contra molinos de viento para poder proclamar victorias como propias, pero logradas en otrora con la colaboración de luchadores y luchadoras de otros condados. 
Dado que el objetivo principal era destruir los condados vecinos, que mejor método que desacreditando a quienes el jugador de ajedrez hubiese convertido en torres y alfiles. De rebote la incompetencia de ellos se haría extensiva a todos y todas los y las habitantes de los condados vecinos. 
¿Pero cómo lograrlo? Muy fácil: exigiéndole cuentas a los alfiles y torres de errores en los cuales todos los de la alianza habían incurrido. Con esto lograba dos objetivos: alejar al rey y a la reina de los errores cometidos y deshonrar a los alfiles y torres. 
Y colorín coloreando esta historia seguirá continuando…  
Cualquier semejanza con la realidad es meramente casual (el cinismo y la soberbia son contagiosos)




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