Walter Ferguson: referente de la cultura afro de Costa Rica

LA VOZ DE GOICOECHEA.-     El calypsonian fue reconocido con el Premio Nacional al Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto 2017, por su labor de toda una vida.

Cuando era tan solo un niño y escuchaba cantar calipsos, se asomaba cuidadosamente a mirar y a poner mucha atención. En aquel entonces, sin televisores ni radios, los vecinos de Cahuita salían a reunirse las noches de luna llena; formaban círculos, cantaban y bailaban como una gran familia.
Aquel pequeño curioso era Walter Gavitt Ferguson Byfield, quien hoy, a su 98 años de edad sigue siendo conocido como “El Rey del Calipso”, nombre que le pusieron sus vecinos cahuiteños en razón de que nadie conseguía ganarle en las competiciones musicales que armaban los calypsonians de la época. Su trayectoria musical le hizo merecedor del Premio Nacional al Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto 2017, reconocimiento que otorga el Gobierno de la República, a través del Ministerio de Cultura y Juventud.

El gusto por la música en Ferguson despertó siendo apenas un niño y sin que nadie le enseñara. Fue así como poco a poco aprendió a tocar dulzaina; posteriormente ukelele, un instrumento musical de cuerdas parecido a la guitarra, pero de menor tamaño; mucho más adelante, guitarra; luego tumba, clarinete y hasta se caracterizaba en el pueblo por ser un experto silbando.


Cahuita, Limón. Entrevista con el compositor y cantante limonense Walter Ferguson quién recibió el Premio de Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto Tugores por dedicarse al rescate de los rasgos culturales de la población Afro-caribeña, mediante el género Calipso, y por la contribución en la construcción de ese patrimonio cultural en nuestro país. En la foto: El artista fue entrevistado en la sala de su casa sentado en un sillón en el que permanece la mayor parte del tiempo. Foto: Albert Marín

En una entrevista en 2006, para el libro Walter Ferguson: “El Rey del calipso”, escrito por Françoise Kühn de Anta, Ferguson explicó que su madre le contaba que antes de tener él seis años de edad, en cuanto escuchaba cantar a alguien, él cantaba. Su madre también cantaba mucho en la casa y siempre le repetía que de mayor, él llegaría a ser un muy buen músico y que no tendría que ir a trabajar nunca en la finca.

No se equivocó su madre en que Ferguson llegaría a ser un gran músico calypsonian; sin embargo, falló en predecir que no tendría que trabajar en la finca, actividad que el músico realizó paralelamente por décadas, con mucho esfuerzo en una propiedad de su familia, en su amada Cahuita; allí cultivó banano, cacao, madera, nuez moscada, jengibre, aguacates, naranjas y sábila; aunque también para consumo propio producía frijoles, maíz y piña en cantidades pequeñas.

Sus experiencias en la finca, el diario vivir, los problemas y alegrías del limonense, el respeto y el amor a Dios, entre muchos otros temas más, figuran en sus composiciones. Precisamente, su primer calipso lo compuso cuando tenía más de 20 años y se llamó “A sailing boat”; antes de eso, cantaba obras de otros compositores.

Con el paso del tiempo y la práctica, llegó a componer hasta dos, e incluso tres, calipsos en un mismo día; sin embargo, de la gran mayoría no se tienen registros, porque en aquellos tiempos no existía grabadora y nunca los escribió en papel. Justamente, en 2006, para la publicación de Kühn de Anta, se lograron registrar 66 letras de calipsos de Ferguson.

Liderados por el King Calypsonian Walter Ferguson, existió en Cahuita una agrupación en los sesentas que se denominó “Los Miserables”, que tocaba en bailes los sábados por la noche. Interpretaban swing, bolero, cuadrilla, rumba, pero especialmente el Calipso. Pese a su éxito, aquella agrupación terminaría sus días a raíz de una discusión, que coincidió con la decisión de Ferguson de dejar de cantar en público, al bautizarse Testigo de Jehová, en 1970.


Cahuita, Limón. Entrevista con el compositor y cantante limonense Walter Ferguson quién recibió el Premio de Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto Tugores por dedicarse al rescate de los rasgos culturales de la población Afro-caribeña, mediante el género Calipso, y por la contribución en la construcción de ese patrimonio cultural en nuestro país. En la foto: El artista fue entrevistado en la sala de su casa sentado en un sillón en el que permanece la mayor parte del tiempo. Foto: Albert Marín

Posterior a esa época, el músico siguió cantando en casa, en reuniones familiares y en la finca mientras trabajaba. Más adelante, y aún al haberse alejado de los escenarios, vino la producción de algunos álbumes discográficos, los cuales fueron grabados en habitaciones acondicionadas con colchones y alfombras, para captar fielmente la voz y las melodías de Ferguson; eso sí, sin salir nunca de Cahuita.

Fue así como surgió “Mr. Gavitt: Calypsos of Costa Rica”, su primera producción que estuvo a cargo de Smithsonian Folkways Recordings, en 1982, el cual no se promocionó en Costa Rica; posteriormente, en 1986, el Ministerio de Cultura y Juventud editó un disco titulado “Calipsos del Caribe de Costa Rica: Walter Gavitt Ferguson”, en 1986. Más adelante, en 2003 se realizó la producción “Babylon” y en 2004 llegó “Dr. Bombodee”, ambas con el sello de Papaya Music, las cuales se pueden escuchar en la plataforma de música Spotify.
Premio Nacional 2017

A pocos metros de la entrada al Parque Nacional Cahuita, se ubica la vivienda de Walter Ferguson, donde actualmente vive sus días de descanso al lado de sus hijas, hijos y nietos, que no son pocos. El músico asegura que esta etapa de su vida lo entristece bastante, debido a su pérdida de visión y audición, a pesar de que aún con esas deficiencias, su vida transcurre con normalidad, bajo el cuidado de sus hijas, quienes se alternan entre los cuidados de su padre y de su negocio familiar.



Cahuita, Limón. Entrevista con el compositor y cantante limonense Walter Ferguson én recibió el Premio de Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto Tugores por dedicarse al rescate de los rasgos culturales de la población Afro-caribeña, mediante el género Calipso, y por la contribución en la construcción de ese patrimonio cultural en nuestro país. En la foto: El artista fue entrevistado en la sala de su casa sentado en un sillón en el que permanece la mayor parte del tiempo. Foto: Albert Marín

Conocido como “Sol y Mar”, el negocio familiar de los Ferguson inició como una pequeña venta de comidas, impulsada por la buena cuchara de la suegra del calypsonian, en tiempos previos a la apertura del Parque Nacional. Aquel negocio creció para convertirse en un pequeño restaurante, una tienda de suvenires y un modesto hotel que frecuentemente recibe visitantes que llegan al pueblo a disfrutar las maravillas naturales de Cahuita y sus alrededores.

Al lado de “Sol y Mar” se ubica la casa del calypsonian. Es allí, en la sala de su vivienda, donde el Calypsonian pasa ahora la mayor parte del tiempo, rodeado de sus recuerdos de músico, que saltan a la vista en cada rincón, y acompañado por su música o por la programación de su siempre fiel, Radio Casino. Ahí mismo, en ese sofá color rojizo que lo acompaña todo el día, recibió al ex presidente de la República, Luis Guillermo Solís, a ministros de Cultura, a la Defensora de los Habitantes, a músicos de Cahuita, a vecinos, turistas, periodistas y hasta a curiosos que se acercan a conocer al King Calypsonian.

Ex Presidente Solís visitó a Walter Ferguson

Doreen Ferguson, la menor de todos sus hijos, afirma que el reconocimiento de su padre le resultó algo inesperado: “Me asusto de ver la fama que ha conseguido, porque él cantaba y componía su música simplemente porque esa era su pasión, pero al grado que llegó, creo que ni él tampoco se lo esperaba”.
Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto Tugores 2017

Este reconocimiento le fue otorgado a Walter Gavitt Ferguson Byfield porque “su importante obra se caracteriza por reivindicar la cultura afrocostarricense mediante la maestría de su composición, interpretación y transmisión musical en la que destaca su creatividad y sensibilidad social, constituyéndose en un insigne narrador de los sentimientos e historias de su pueblo”, según reza el fallo del jurado.

Además porque en sus composiciones “vivifica y sensibiliza el inglés criollo limonense, idioma que caracteriza la cultura caribeña de nuestro país, que ha sido la vía para expresar la belleza de lo cotidiano, los saberes populares y los desafíos históricos de su región”.

Por último, porque “su trayectoria musical y cultural en el ámbito regional, nacional e internacional, es un referente de la cultura afro de la Costa Rica multiétnica y pluricultural

FUENTE PERFIL



 

 
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