LA VOZ DE GOICOECHEA.- Su nombre es Ángela Ponce y está acaparando titulares alrededor del mundo, tras haber ganado el concurso Miss España, convirtiéndose en la primera persona transgénero en obtener la corona.
Su belleza es envidiable. Es dueña de un cutis hermoso y de un cuerpo curvilíneo, que sin duda deja boquiabiertos a todos los que la ven. ¡Es la mujer más hermosa de su país!
Ponce tiene 26 años y a lo largo de su vida ha trabajado para visibilizar a la población trans. En el 2015 también participó en el concurso Miss World.
Ahora que se ha coronado como Miss, ha aprovechado la popularidad para contar su historia, de la lucha que tuvo desde niño, del apoyo de su familia y de los problemas que enfrentó cuando decidió ser una mujer.
Desde los tres años supo que algo en ella no calzaba, se sentía en un cuerpo extraño, al que su mente y su corazón no pertenecían. Sin embargo, sus padres la apoyaron desde el primer momento.
“La base de todo es que mi familia me apoyara. Cuando era pequeña íbamos con mi hermano a comprar a una gran superficie y mis padres me decían que podía coger un juguete. Yo recuerdo irme para las muñecas y coger la muñeca Barbie y decirles: esto es lo que yo quiero. Nunca me dijeron no, los niños juegan con balones y coches y las niñas con muñecas. Mi padre cogía la Barbie y montaba la muñeca conmigo. Por eso dentro de lo malo he sido muy afortunada”, dijo en entrevista con el diario El País.
Mientras sus compañeros de escuela señalaban qué profesión estudiarían cuando grandes, Ponce solo decía “¡Yo quiero ser mujer!”.
Ángela acudió al psicólogo en muchas oportunidades y tuvo que convencerlo de que era una mujer.
“Lo más complicado, porque es algo que no puedes controlar, es cuando te hormonas. Ir al psicólogo y tener que convencerle de lo que eres siempre es muy triste. ¿Alguien que tiene la gripe tiene que convencer a su médico para que le medique?”, citó a el País.
Aun con el apoyo de su familia, sufrió muchísimo acoso escolar, pues sus compañeros se burlaban por ser “diversa”.
“Conforme iba creciendo yo no quería jugar a las Barbies, sino ser Barbie. La verdad es que tuve una infancia muy feliz. También ayudó que era muy rebelde. Si alguien me decía maricón por ir por la calle con una diadema al día siguiente me ponía una mucho más grande y con flores. Sabiendo que los insultos los iba a vivir sí o sí tuve claro que no iba a dar un paso atrás en mi vida“, añadió al diario.
Poco a poco fue mostrando su feminidad, con el cabello largo, el maquillaje y la ropa. A los 16 años decidió hablar con su madre sobre la operación de cambio de sexo y a los 22 años se la realizó, lo que significó el momento más feliz de su vida.
Tras operarse, tomó la decisión de incursionar en el mundo de la moda, el modelaje y los concursos de belleza, para demostrar que podía lograr lo que se propusiera.
Sin embargo, en el 2015 vivió uno de los momentos más amargos de su vida, cuando ganó el concurso Miss Cadiz, pero la producción no le permitió llegar a Miss Mundo por ser transgénero. Fue entonces cuando decidió alzar la voz y luchar por sus derechos.
Su mayor sueño es que las personas sexualmente diversas puedan vivir la vida plenamente, sin esconderse ni ser señaladas por nadie.
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