LA VOZ DE GOICOECHEA.- Oficiales de la Policía de Fronteras continúan patrullando la Zona Norte, donde se han percatado del arribo por diferentes sectores de indocumentados nicaragüenses.
Trascendió que el precio que cobran los grupos criminales varía dependiendo de la cantidad de gente y el sector al que lleguen. Además, por donde quieran desplazarse a lo largo de la frontera.
Los constantes pleitos entre la sociedad civil, la Policía Nacional y el ejército han desatado que cientos de nicas busquen la forma de huir y se instalen en nuestro país.
Para eso contratan lancheros que les cobran entre 5 y 20 mil colones. Ellos los esperan en puntos ciegos para navegar por el río San Juan y llegar a las diferentes barras e inclusive Crucitas, donde los bajan para que empiecen las caminatas.
LUCHA SIN DESCANSO
Diego Alvarado, jefe policial, manifestó que el trabajo continúa.
"Bajan por el río San Juan, pasan por el sector de Tiricias, que es un corredor fronterizo donde inicia la Ruta 1856. Pasan por el caño llamado Infiernillo, que tiene muchos accesos hasta Crucitas, donde hay más ilegales, mientras que Tablillas es de paso. La zona es muy amplia", explicó.
Alvarado agregó que son lugares que tienen un acceso masivo y que por Delta Costa Rica es complicado, pues se trata de zona montañosa.
Algunos indocumentados pasan por tierra, utilizan buses, vehículos particulares y hasta a pie. En Los Chiles hay más facilidad de acceso, donde se ha juntado la temporada de cosechas de naranja, café y caña, por lo cual muchos se instalan ahí.
Según las autoridades, la mano de obra nica es buena y barata en comparación con la tica.
"En la madrugada los trabajos dan frutos, luego de instalarnos en el sitio donde pasamos un tiempo prudencial para vigilar y hacer operaciones. El movimiento de personas por las barras de Tortuguero, Colorado y Parismina es constante y ubicamos de todo (droga, pesca ilegal, tala de árboles)”, detalló Alvarado.
Sumado a esto, el drama de los niños y mujeres que escapan sin acompañante de la violencia criminal de su país ha transformado la realidad de la frontera norte.
En su intento por cruzar la línea limítrofe hacia nuestro territorio, los migrantes son vulnerables a la explotación, a la trata y la delincuencia.
Una de las principales consecuencias del aumento significativo del éxodo está en la pérdida de la mano de obra calificada, necesaria para subsanar la demanda laboral del mercado.
Además, causa desintegración familiar y envejecimiento de la población. Las migraciones transnacionales ponen al descubierto un sinnúmero de formas de exclusión que materializan las expresiones extremas de la desigualdad.
Junto al aumento del desempleo y de la informalidad, comenzó a funcionar como el mecanismo de adaptación del mercado laboral a una nueva fase caracterizada por la transnacionalización de la fuerza de trabajo.
La policía no descarta que continúe el flujo migratorio hacia Costa Rica.
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