Para algunos esto es una representación de lo que llaman “las dos Costa Rica”. Sin embargo, aunque pueda causar sorpresa no es algo nuevo, pues históricamente hay una diferencia en el voto entre el centro y las periferias del país.
Ronald Alfaro, investigador del Programa Estado de la Nación y coordinador de la Unidad de Opinión Pública del CIEP, coincide con que es un fenómeno recurrente en el cual solamente cambian los actores.
En época bipartidista -explica Alfaro- ocurría que un partido como Liberación Nacional recibía mayor apoyo del Valle Central, mientras los partidos de oposición de las provincias periféricas.
Guerra Civil del 48, que además tuvo un reflejo claro políticamente, ganadores y perdedores, se mantuvo durante unos 50-60 años”, mencionó Alfaro.
El investigador considera que el cambio más llamativo llegó en 2002 y con más fuerza en el 2006, cuando Oscar Arias (PLN) disputó las elecciones con Ottón Solís (PAC), y el primero triunfó por muy poco gracias al apoyo de las costas.
“Lo que vino después, a partir del 2006, es otro tipo de división, ya no política primero sino socioeconómica, división entre lugares más desarrollados y menos desarrollados. Lo que ha variado son los partidos que han personificado esa división”, opinó el especialista.
Por otro lado, en el 2014, sucedió que Liberación Nacional (Johnny Araya) ganó
la periferia, pero perdió en el Valle Central con el PAC (Luis Guillermo Solís).
Alfaro agregó que: “Antes teníamos una división política muy marcada en la que los actores no cambiaban. Teníamos el liberacionismo fuerte y el anti liberacionismo. Lo que hoy día vemos es, si hay una división, es primero social y después política entre lugares más desarrollados y menos desarrollados, entre centro y periferia, entre urbano y rural”.
Mucho se ha hablado sobre el factor socioeconómico, nivel educativo y hasta religioso en los resultados electorales pasados.
Según el Atlas de Desarrollo Humano cantonal 2016, de los diez cantones con menor Índice de Desarrollo Humano del país (IDH) nueve los ganó Fabricio Alvarado y uno Carlos Alvarado.
Sin embargo, también si se comparan cantones con IDH similar del centro del país con otros fuera del Valle Central ocurre que en Tilarán (IDH: 0,793) RN obtuvo un 25% de votos y PAC un 19%, mientras que en Santa Bárbara (IDH: 0,795) Acción Ciudadana alcanzó un 25,06% y Restauración Nacional un 24,86%.
Sergio Araya, politólogo, menciona por su parte que el PAC desde su primera participación en 2002 no se caracteriza por tener una base electoral fuerte en las provincias periféricas, tanto en elecciones municipales como nacionales. Además, coincide en el aspecto de que en las costas difiere el voto al del Valle Central.
“El PAC como partido no ha logrado proyectarse a otros estamentos de la sociedad, de un nivel socioeconómico y de escolaridad más bajo y que además vivan en esas zonas”, declaró Araya, no obstante, para él esto tampoco justifica que las personas de esos lugares se decantaran más por Restauración Nacional.
Para el politólogo el tema de la opinión consultiva de la Corte Interamericana de Justicia (CIDH) cambió todo el panorama electoral y se contrastaron las posiciones de quienes están a favor de lo expuesto ahí y quiénes no. Esto derivó
en apoyo a los dos candidatos con visiones antagónicas en este tema y otros similares.
“Ante el ascenso de Fabricio Alvarado, los que estaban de acuerdo con la opinión consultiva encuentran en Carlos Alvarado una suerte de candidato de contención al crecimiento del primero, no necesariamente porque apoyen al PAC”, afirmó Araya.
*Danny Solano Gómez
Articulista del Eco Católico
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