Uno de los sectores donde hay más facilidad para aplicar las nuevas tecnologías es la venta al detalle. Con la adopción de esos sistemas, usted ingresa a una tienda o supermercado y consulta en su móvil si hay existencias del producto que busca. Podría hacer eso antes de salir de su casa, encargarlo vía app o por el sitio web y luego pasar a recogerlo.
En la tienda usted mismo empaca la compra en un cajero de autoservicio. Ahí registra los productos y cancela con su tarjeta o con el sistema de pago de su móvil. En todo el proceso apenas habrá necesitado interactuar con algún empleado.
Para los comercios y los clientes, estas tecnologías implican mejoras en eficiencia, atención y tiempo de compra. “Al instalar cajeros de autoservicio se minimizan las transacciones con efectivo, lo que reduce los procesos relacionados con el manejo de billetes y monedas”, dijo Francisco Montesinos, gerente comercial de GBM Corta Rica, que ofrece varios tipos de sistemas para la automatización de operaciones en distintos sectores.
El uso de cajeros de autoservicio y sistemas que faciliten las compras sin duda transforma el funcionamiento de tiendas, supermercados, ferreterías y almacenes.
El estudio de McKinsey, publicado en enero del 2017, indica que la automatización abarcaría el 53% de las ocupaciones en el comercio. En Costa Rica serían 95.000 puestos de los 180.000 que hay en esa actividad, según datos de la CCSS.
No sólo las ventas al detalle y al mayoreo serían impactadas . El informe de McKinsey ubica a Costa Rica como una de las economías donde el uso de las nuevas tecnologías afectaría a más de la mitad de las ocupaciones.
Es así como, con base en la estimación de esa firma, sobre el impacto potencial de la automatización en cada sector alrededor del mundo, y en los datos de la CCSS para el sector privado local, efectivamente en Costa Rica la automatización alcanzaría al 52% de los empleos: 475.200 puestos.
Tanto McKinsey y el Foro Económico Mundial como los empresarios de tecnología subrayan que la automatización se aplica en distintos grados en las diferentes actividades. Cuanto más manual y repetitiva sea una tarea, mayor el potencial de automatización y el riesgo de reemplazo de empleos por sistemas. También el riesgo de sustitución depende del nivel educativo.
En hoteles, restaurantes, fábricas, transporte, agricultura, comercio y minas el potencial de automatización supera el 50%.
La Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. estima que las dos profesiones que desaparecerán más rápido en los próximos siete años son la de operador de locomotoras (disminuiría 70 %) e instaladores y reparadores de electrónicos en vehículos (disminuiría 50%), publicó el diario The New York Times .
Los proveedores de las tecnologías en el país destacan los beneficios empresariales y para la población de la automatización con sistemas de Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), inteligencia artificial, aprendizaje de máquina, comunicación de máquina a máquina y robótica.
Recalcan que la automatización no implica que ocurra una pérdida masiva de empleo.
En la agricultura , el primer sector transformado por la mecanización de cultivos y cosechas, aún hay espacio para aplicar las tecnologías en diversas tareas.
Aquí el potencial de automatización alcanza el 57% de la actividad, según McKinsey. A nivel nacional, eso sería más de 60.000 empleos del sector agropecuario.
Por ejemplo se podrían aplicar soluciones de pilotos automáticos para conducción semiautónoma de tractores y control automático de aplicaciones de agroquímicos. Estos sistemas generan ahorros en costos entre 6% y 15%, detalló José María Agüero, presidente de AgriCien.
Esta firma ya ha implementado estos sistemas en ingenios de azúcar y cosechas de caña y de arroz en Costa Rica, Honduras, Cuba, Colombia, Argentina y Brasil.
Con estas tecnologías se evita que los choferes de los tractores se den una siesta en cualquier momento o se detengan sin razón –y sin que se enteraran los jefes o propietarios– cuando deben ejecutar alguna labor en las fincas. Al evitar este tipo de situaciones se mejora la productividad y la eficiencia en las plantaciones.
En el sector servicios financieros el potencial de automatización es del 43%, según McKinsey.
En banca y seguros es posible implementar centros de atención automatizados. Aunque se estima que el 80% de las consultas de los clientes pueden resolverse mediante páginas web de “preguntas frecuentes”, los clientes prefieren interactuar con un ejecutivo. Las instituciones financieras podrían implementar y “masificar” el uso de chat bot , un sistema basado en inteligencia cognitiva que atiende la pregunta del cliente. Con esta tecnología el costo de una consulta de complejidad media es de apenas $0,30, según Mejía, de IoT Solutions.
A nivel administrativo (donde la automatización podría alcanzar el 43% de las tareas) se podrían utilizar sistemas de gerencia tipo ERP o de gestión de procesos (BPM) para diseñar, ejecutar, automatizar, documentar, registrar, monitorear y medir los procesos de negocios, desde compras hasta la fabricación, servicios generales, cotizaciones en línea y varias tareas del departamento de recursos humanos.
En Costa Rica las ocupaciones en banca y seguros, gerencia y administración que podrían verse impactadas por los sistemas de automatización alcanzarían 13.000 puestos. En “otros servicios” serían casi 36.000 empleos.
En algunos sectores de menor impacto, como salud y educación , la cantidad de ocupaciones con potencial de automatización llegaría a 14.000 puestos. Pero eso es solo en el sector privado.
FUENTE NOTI COSTA RICA
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