LA VOZ DE GOICOECHEA.- Cada campaña electoral los candidatos a la presidencia hacen promesas u ofrecimientos para su gestión de gobierno que se convierten en utopías o que son imposibles de hacerse realidad en 4 años.
Luis Guillermo Solís no cerró el Conavi como lo prometió en la campaña anterior, ni tampoco creó los 217 mil nuevos empleos que había dicho.
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En la actual contienda electoral, los aspirantes muestran en sus planes de gobierno sus ideas y sus propuestas, algunas de las cuales parecen ser imposibles de lograr, dada la realidad que vive Costa Rica. Los politólogos Claudio Alpízar, Daniel Calvo y Francisco Barahonaanalizaron algunas de esas promesas de quienes hoy lideran los estudios de opinión y se muestran fuertes a poco más de un mes de las elecciones.
El metro de Rodolfo Piza
El candidato socialcristiano, Rodolfo Piza ha prometido la construcción de una línea de Metro en la Gran Área Metropolitana durante su gestión, algo que los analistas consideran imposible de realizar en un período presidencial.
“Es una promesa exagerada;primero porque no hay recursos para invertir en eso, y segundo porque el metro en la mayor parte de países es subsidiado porque no es un buen negocio. Aquí nadie licitaría para ganar el contrato”, señaló el analista Claudio Alpízar.
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Los analistas creen que se debe fortalecer el actual tren que existe y lo que sí ven posible es la construcción de un tren eléctrico.
En esta línea aparece el candidato Fabricio Alvarado, de Restauración Nacional, quien promete desarrollar un tren de primer mundo que se dé por concesión
y en alianza con INCOFER y los empresarios autobuseros del país y que se conecte con parqueos para que los usuarios dejen su carro ahí e ingresen al GAM en el tren. Acá entra el tema explicado por Alpízar sobre lo difícil que podría ser encontrar empresas que quieran concesionar una obra de ese tipo, además de la dificultad de articular a todos los sectores.
Especialistas y bonos
Antonio Álvarez Desanti, candidato del PLN prometió la creación de un segundo turno de atención en la CCSS para bajar las listas de espera. Afirma que lo hará con la contratación de 1000 médicos y especialistas, algo que los politólogos no ven viable, pues se requiere de mucho más tiempo que 4 años para tener especialistas médicos listos.
Claudio Alpízar tampoco ve posible la promesa de entregar bonos económicos a los estudiantes del programa Avancemos que aprueben noveno, décimo y undécimo. Álvarez promete $200 tras aprobar noveno, $300 por pasar décimo y $500 al ganar bachillerato.
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“¿De dónde va a agarrar la plata? No hay recursos. Me parece que es otra promesa exagerada”, dijo el analista.
Una propuesta similar tiene el candidato del partido Nueva Generación, Sergio Mena, quien afirma que para bajar las listas de espera se debe tener un aprovechamiento máximo de la capacidad instalada de los hospitales y además darle “empleo a los miles de médicos desempleados”, afirmando que lo haría “por medio de alianzas público-privadas”.
Redentor
Los especialistas consideran que en el caso de Juan Diego Castro, sus promesas en el programa de gobierno son muy limitadas y que está apostando a ser el redentor en el país, prometiendo que va a tomar decisiones en la Asamblea Legislativa y demás, cuando constitucionalmente no puede hacerlo.
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“El problema de Juan Diego es que dice mucho, se ofrece como redentor y hay muy poca oferta. El programa de gobierno es muy limitado, no dice cómo hará las cosas y todo radica en que es él”, señaló Barahona.
“Hace mucho ruido en los oídos de la gente. Le vende a la gente que el presidente puede tomar decisiones de forma unilateral y eso no es así”, dijo por su parte Alpízar.
Poco posible
En el caso de Carlos Alvarado del PAC, la promesa de que tras otros 4 años de gobierno de Acción Ciudadana el país podría dejar el subdesarrollo es algo que los analistas ven irreal.
“Lo que más exagerado que le he oído es que después de un gobierno de él Costa Rica va a ser un país desarrollado. En 4 años va a hacer una revolución y el país va a estar al nivel de Finlandia y Noruega. Eso es mucha palabrería y poco posible”, señaló Alpízar.
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Consideran además que a Alvarado le está afectando la labor de la actual administración y eso pesa mucho más que cualquier propuesta que haga en su programa de gobierno.
Otros candidatos
Del total de candidatos a la presidencia, hay muchas otras promesas que se quedarían cortaso los especialistas políticos ven como muy difíciles de que se puedan cumplir.
Mario Redondo, de Alianza Demócrata, propone vender el Banco de Costa Rica y también el Banco Internacional de Costa Rica (Bicsa) para fortalecer las pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Por su parte, Otto Guevara pretende generar 50 mil empleos por año; y Edgardo Araya del Frente Amplio propone bajar las tasas de interés en la banca pública para que más personas puedan acceder a créditos de vivienda.
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“Eso no es como soplar botellas”, dicen los analistas.
En el caso de Óscar López, candidato del partido Accesibilidad sin Exclusión (PASE), la propuesta que está promoviendo y que dice se centrará su programa es en generar una nueva Constitución Política, algo que un grupo viene trabajando desde meses atrás, con la intención de cambiar la Carta Magna tica para el Bicentenario de Independencia.
Esta propuesta de López tiene varios años dando vueltas en las mesas políticas, pero no cuenta con el visto bueno de mayoría, lo que pinta un panorama complicado para su realización. Sumado a esto, los analistas opinan que para ser una de sus propuestas claves, es poco aterrizada a la realidad y a las prioridades del país.
Por su parte, Jhon Vega, candidato del partido de los Trabajadores, ha dicho que las incapacidades de los empleados las debe asumir el patrono y no el Estado, algo que el politólogo Daniel Calvo considera que es “inviable en todo sentido”, principalmente por la fuerte oposición que tendrá de los patronos en el sector público y privado.
Mientras tanto, una de las propuestas del Dr. Rodolfo Hernández, aspirante del partido Republicano, es la de crear elMinisterio de la Familia, integrando al IMAS, PANI, Inamu, INVU, Fonabe y otras, para que actúe como rector de los programas sociales.
“Se podría hacer nominalmente, porque para hacerlo se requiere reforma legal y ahí estamos hablando, si por la víspera se saca el día, de una discusión de años en la Asamblea”, considera el analista Calvo.
Por último, en el caso de Stephanie Campos, candidata de Renovación Costarricense, todavía no ha presentado de forma oficial su programa de gobierno, aunque ha dado ideas de lo que pretende. Está en contra del matrimonio igualitario y en temas económicos dice que no está a favor de aprobar más impuestos o transformar el impuesto de ventas en el de Valor Agregado. Asegura que primero se debe revisar el proceso de recaudación para mejorarlo y que no se dé la evasión.
“La única candidata no tiene ninguna posibilidad en la elección”, finalizó Francisco Barahona.
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