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“Ciudades intermedias” van rumbo al mismo caos que vive la GAM

LA VOZ DE GOICOECHEA.-   Ciudad Quesada, junto a Guápiles y San Isidro de El General fue parte de las 3 ciudades evaluadas por el Estado de La Nación.

Presas a todas horas, estrés, desesperación y mucho caos… Ese es el vivir diario en San José, Cartago, Heredia o Alajuela.

Tampoco se debe ir muy lejos. Las ‘ciudades intermedias’, distantes del Valle Central e impulsadas por un crecimiento económico y poblacional, caminan rumbo a cometer los mismos errores que convirtieron en un “caos” la Gran Área Metropolitana.

En su más reciente informe, el Estado de la Nación llegó a esta conclusión tras tomar como base para estudio 3 ‘ciudades intermedias’: Ciudad Quesada, Guápiles y San Isidro de El General.

En esos sitios la mancha urbana aumenta de forma rápida y dispersa, crecen la cantidad de carros y los problemas de movilidad. Hay poco tratamiento de aguas residuales y no existe una herramienta que determine el ordenamiento territorial.

Fuera de la GAM existen 7 ‘ciudades intermedias’. Aparte de las 3 mencionadas anteriormente, destacan Liberia, Puntarenas, Limón y Turrialba.

“Las ciudades intermedias exhiben síntomas preocupantes, similares a los de la GAM. Los patrones de crecimiento urbano -lineal y de baja densidad- no solo se asemejan, sino que en algunos casos avanzan a ritmos aún más acelerados y están afectando los servicios, el transporte, la infraestructura y el ambiente“, cita el informe, divulgado en este mes de noviembre.

Este tipo de ciudades, mucho más jóvenes que las ubicadas en el Valle Central, presentan una red consolidada de servicios: hospitales, sucursales de instituciones públicas, bancos, escuelas, colegios y universidades.

“Estas ciudades se localizan al pie de cadenas montañosas y sirven de acceso a las zonas bajas cercanas, como resultado de un proceso de ‘colonización’ que se desplazó del centro hacia las costas del país. Pese al crecimiento urbano, cabe resaltar que aún predominan los bosques, cultivos y pastos como los principales usos del suelo”, agrega el documento.

San Isidro de El General:

El bosque y los pastos cubren un 38% y un 40% del distrito.

Es la que más ha aumentado (su mancha urbana), un 66% en 12 años.

La actividad productiva ha generado un sistema centro-periferia con una alta concentración de servicios. Esto ha configurado una ciudad extendida, que se despliega a lo largo de los caminos principales con pequeños poblados.

En 2003 había cerca de 548 hectáreas de cobertura urbana. Este patrón se ha mantenido en el tiempo sin una lógica clara de ordenamiento territorial y en 2015 abarcó cerca de 912 hectáreas.

El centro de la ciudad cubre cerca de una tercera parte de la mancha urbana y tiene una alta importancia regional, ya que concentra alrededor del 50% de las patentes comerciales del cantón y más del 50% de la población empleada en actividades de servicios y comercios.

Hacia él deben desplazarse los habitantes para satisfacer sus necesidades esenciales.

Ciudad Quesada:

Es el distrito de la región Huetar Norte con mayor área urbanizada. En 2005 esta cubría cerca de 873 hectáreas, distribuidas en núcleos urbanos, con un gran desarrollo lineal sobre algunas calles importantes.

En 2016, la mancha urbana ascendía a 1.325 hectáreas, lo que representa un crecimiento de 51,8% en 11 años.

El sistema hidrográfico limita las posibilidades de construir una red vial más amplia, mejor integrada, que saque del casco central el transporte de carga pesada.

Además, en las cercanías de la ciudad el terreno es muy quebrado, lo que reduce la disponibilidad de espacios aptos para urbanización.

Hay problemas de estacionamiento en las calles principales, de servicios de alcantarillado sanitario y pluvial, entre otros. Existen pocas vías norte-sur y escasez de puentes en las rutas esteo-este.

Además, la estructura topográfica hacia el norte y el oeste dificulta, cuando menos, un crecimiento ordenado. La nueva carretera Florencia-San Ramón tendrá mucho impacto sobre esta zona y podría generar presiones inconvenientes para su desarrollo.

Guápiles:

El bosque representa más de la mitad de la superficie distrital (cerca del 55%).

La mancha urbana aumentó un 61% entre 2005 y 2015, al pasar de 817 a 1.320 hectáreas.

No se siguió un proceso planificado de ordenamiento territorial y la expansión se dio tanto en núcleos consolidados como sin consolidar; se desarrolló de forma lineal sobre algunas vías importantes.

Un hecho histórico que distingue a esta ciudad es que muchos de los asentamientos agrícolas creados por el Instituto de Tierras y Colonización en los años 60−a partir del fraccionamiento de antiguos latifundios bananeros− hoy son urbanizaciones y barrios particularmente desvinculados de los poblados más grandes.

En los últimos años, el crecimiento tiende a ser menos compacto y a separarse del foco urbano principal, para dirigirse hacia zonas con menor infraestructura de servicios.

Los poblados más importantes se ubicaron en forma paralela a las carreteras nacionales, que terminaron atravesándolos.

El patrón desordenado de esta ciudad ha resultado en una red vial discontinua, invasiones en las márgenes de los ríos, dispersión de los habitantes y usos incompatibles con la vocación de protección de algunas áreas.

El uso predominante del suelo urbano es el de vivienda, y en el centro hay una pequeña proporción de uso mixto.

Se registra un crecimiento continuo de asentamientos residenciales en las afueras, lo que genera necesidades de transporte público más extendido, infraestructura de agua potable, electricidad y telefonía, así como dependencia del transporte privado (si las urbanizaciones están muy alejadas).

A lo largo de la ruta 32 el porcentaje de viviendas es incluso mayor que el de comercios, aunque en las condiciones actuales el entorno no es idóneo para crear espacios residenciales.

Crisis vial

El estudio detectó que en San Isidro de El General existen problemas de congestión vial en el centro de la localidad.

También, se abusa del parqueo en la calle, no existe una cuadrícula definida, muchas vías no están pavimentadas y el sistema de transporte público no funciona de manera eficiente según las características de la ciudad.

En Ciudad Quesada ocurren situaciones similares: no hay planificación en el transporte público, el colapso vial azota el centro de la ciudad, los conductores parquean en las calles, y hay pocos puentes.

El sistema prácticamente siempre está ‘colapsado’, con mayor gravedad en ‘horas pico’.

Por su parte, Guápiles cuenta con más calles pero una cuadrícula que desaparece para dar paso a una estructura desordenada. Hay rutas muy largas con pocas conexiones.

El servicio de transporte público cuenta con mejores condiciones que en las otras ciudades, pero en ocasiones se circula por las mismas zonas de manera excesiva.

A su vez, muchos carros parquean en las aceras y eso dificulta la circulación de peatones.

La ruta 32, una de las más utilizadas del país, dificulta el paso de ciclistas y peatones que circulan por la periferia de la ciudad.





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