Ante el peligro que representa la caída de este tipo de material para los conductores, Olman Vargas, director ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) señaló que en momentos de tormenta o fuertes lluvias, lo más conveniente es cerrar esta vía que es vulnerable a deslizamientos y caída de material.
“Nosotros hemos insistido mucho en que la Ruta 27, sobre todo ahora que hay pantallas al inicio y salida de la carretera, se debe cerrar… Sobre todo bajo condiciones climáticas complicadas. Esto, para efectos de prevenir que un talud -o como en este caso de las piedras- no vaya a caer en un vehículo y generar daños importantes”, declaró el experto.
Vargas agregó que este es una tema que está asociado con el monitoreo de las rutas y “nuestra recomendación ha sido siempre que en condiciones difíciles, se debe optar por un cierre temporal”.
“La carretera tiene suficientes señalamientos para tomar este tipo de medidas de contingencia“, precisó Vargas.
Otras sugerencias
En la Ruta 27 está definido el problema de los taludes, específicamente entre el kilómetro 42 y 49. Este es un sector que ha sido intervenido en diversas ocasiones.
Pero esto no exime que en momentos de tormentas, se deba bajar la guardia.
“Es un lugar que debe estar bajo constante monitoreo y con mantenimiento oportuno en las zonas de drenaje, además de darle especial atención a los taludes”, señaló el directivo.
Y es que según la Asociación Costarricense de Geotecnia (ACG) y la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) esta carretera figura como una de las que tiene más riesgo de deslizamientos, derrumbes y otros fenómenos similares; en esta categoría, la sitúan en el mismo ranking de la ruta 32.
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