Noemi Aviles Rivera, una maestra de 47 años que ya vivió los huracanes Hugo, en 1989, y Georges, en 1998, no negó tener miedo, al ser la primera vez que enfrenta un huracán de esta magnitud.
Tras su paso por las Antillas Menores, el huracán dejó dos muertos en la isla francesa de Guadalupe y una devastación de la que aún no se tienen detalles en Dominica.
Las Islas Vírgenes estadounidenses —que no deben confundirse con las británicas— se componen de tres islas mayores, Santa Cruz, San Juan y Santo Tomás, y una cadena de islotes y cayos.
Los habitantes de esas islas informaron de árboles que volaban arrancados por el viento y precipitaciones horizontales.
"Muy violento e intenso", dijo Coral Megahy, de 31 años, desde la isla de Santa Cruz.
"Hay mucho ruido. Llueve de lado y los árboles se están meciendo. ¡María parece muy enojada!", manifestó en las Islas Vírgenes Judi Buckley, una exsenadora de Santa Cruz que actualmente vive en Estados Unidos.
Ella viajó para ayudar en la recuperación del huracán Irma, que causó devastación hace apenas dos semanas.
"Pensé que tenía que venir (a Santa Cruz) para dar una mano después del azote de Irma y en cambio vine para dar la bienvenida a María", expresó.
En tanto, comienzan a emerger reportes de destrucción desde Dominica, que tiene todas las comunicaciones cortadas desde el azote de María con 260 kilómetros por hora la noche del lunes y adonde no han podido llegar equipos de rescate debido al mal clima.
Por ahora solo se conoce el comentario del primer ministro Roosevelt Skerrit en Facebook, según quien los 70.000 habitantes de la isla perdieron "todo lo que el dinero puede comprar y reemplazar".
El viento "arrasó los techos de la vivienda de casi todas las personas con las que hablé o contacté de otra manera", agregó el mandatario en Facebook.
Fuera de este comentario, Dominica ha pasado toda la jornada del martes aislada del resto del mundo.
Los radioaficionados; sin embargo, están activos dando información.
El operador radioaficionado Julian Antoine, de Ohio, mencionó a la Radio Dominica Wice QFM —que comenzó a transmitir desde Texas después de la tormenta— que un usuario de la capital dominiquesa, Roseau, había reportado daños muy graves.
"Hay árboles tirados por todas partes, techos arrancados y otros totalmente destruidos y, entre donde estoy yo y mi iglesia, hay una devastación completa; el techo del centro comunitario salió volando", afirmó el radioaficionado de Roseau, quien llevaba el nombre de usuario Juliette 73 Yankee Hotel (J73YH).
Equipos de rescate de la vecina isla de Santa Lucía, que fue tratada gentilmente por María, así como de Barbuda, Trinidad y Tobago y Venezuela intentaron en vano viajar el martes, pero debieron abortar por los fuertes vientos.
El primer ministro de Santa Lucía, Lenard Montoute, aseguró que además del daño en las carreteras por inundaciones y deslaves, el sector bananero —vital para su economía— sobrevivió lo peor del embate de María, que pasó sobre la isla con intensidad de categoría 2.
Como resultado, la isla al sur de las Antillas Menores se focalizará en actuar como centro de operaciones para coordinar los esfuerzos de rescate en Dominica, mencionó Montoute.
En Puerto Rico, unos 3,5 millones de habitantes se apresuraron el martes para comprar provisiones y tapar sus puertas y ventanas.
El gobernador Ricardo Rosselló advirtió que el fenómeno atmosférico "se proyecta como el peor del (último) siglo en Puerto Rico".
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