Solís se hizo acompañar de su asistente, un par de asesores, del ministro de la Presidencia, Sergio Alfaro y de la ministra de Economía, Geannina Dinarte, quien horas antes liberó a la prensa el expediente relativo al cemento chino.
El Mandatario mostró estar preparado. Leyó una declaración en la que negó que Casa Presidencial hubiese favorecido al empresario Juan Carlos Bolaños de alguna forma y en su lugar, evidenció que los encuentros del empresario fueron infructuosos para sus intereses, al punto que interpuso una demanda contra el Estado.
De paso, el Presidente aprovechó para hacer lo que hasta hacía pocos días se había negado: pedirle la renuncia a uno de los hombres que conforman su círculo cercano, Víctor Morales Zapata quien concluida la audiencia anunció su decisión de declararse como diputado independiente.
Asimismo reiteró en varias ocasiones la frase “el Presidente no tiene amigos”. Lo hizo para despejar dudas de que su círculo allegado, integrado también por Mélvin Jiménez y Mariano Figueres hubiese influido de alguna forma en la toma de decisiones.
Solís no escatimó responder a las preguntas de los diputados que, durante la mayoría de la comparecencia parecían señalamientos, meros discursos, críticas o simplemente, preguntas malintencionadas y rebuscadas sobre su pasado. Además, respondió aquellas que escapaban del tema por el que fue convocado, pese a que en sesiones anteriores de la Comisión el presidente de ese órgano llamaba al orden.
Inclusive, el Mandatario reiteró sin molestia respuestas a dudas que había dejado despejadas desde su discurso inicial y aquellas que parecían tener respuesta muy obvia como para ser cierto que eran hechas en el interrogatorio.
Propietario del lugar donde se desarrollaba la audiencia y en pleno control de ella, Solís aprovechó para bromear que minutos antes del inicio de la audiencia, el regidor de Moravia e integrante del equipo de campaña de Antonio Álvarez; Giancarlo Casasola, había consultado a integrantes del foro Fuerza Verde si querían ser partes de un “operativo” en redes sociales, con pizza y refrescos.
Además, pidió disculpas por la forma en que dio un discurso en Limón la semana anterior, donde denunció intereses empresariales, mediáticos y políticos por engrandecer la polémica del cemento chino, con el fin de perjudicar a su Gobierno y señaló que sabía quienes eran y por qué lo estaban haciendo.
La Comisión no manifestó interés de volver a convocar al Mandatario, más sí de llamar a la ministra de Economía para que ahonde en fechas y motivos por los cuales el Gobierno puso fin al oligopolio del cemento manejado por Holcim y Cemex, convocatoria que ya había solicitado el señor presidente.
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