Ambiente

Prusia: un lugar como de cuento de hadas

SENDEROS, AVES, OLOR A PINO Y CIPRÉS, HONGOS... Y MUCHO MÁS MUY CERCA DE LA CIUDAD 50 MIL VISITANTES HAN VISITADO PRUSIA EN LOS PRIMEROS MESES DE ESTE AÑO

LA VOZ DE GOICOECHEA.-   Este bosque, que toma formas caprichosas y hasta misteriosas, tiene 40 años de sembrado.

Si quiere salir del bullicio de la ciudad, puede ir este fin de semana a un bosque de cipreses, pinos, eucaliptos, robles e incluso sequoias, verdes prados, pintorescas fincas lecheras, clima muy fresco y un verdor impresionante y, lo mejor, cerca de nuestra capital.

Si es amante de las caminatas y el aire puro, usted debe visitar Prusia, un sector del Parque Nacional Volcán Irazú, ubicado al norte de la provincia de Cartago, 6 kilómetros al noreste de Tierra Blanca.

Prusia se localiza al suroeste de los cráteres y está cubierto en su mayoría por bosques exóticos. Mide 697 hectáreas. Posee 16 kilómetros de senderos abiertos al público y algunas zonas restringidas dedicadas a la investigación.
¿Exóticos?

Prusia se reforestó tras las erupciones del Volcán Irazú., en la década de los 60.

Entre 1963 y 1965 el Volcán Irazú tuvo uno de los períodos de mayor actividad, el cual causó que el bosque primario de la zona casi desapareciera.

“La acumulación de cenizas de mayor densidad sobre el suelo provocó más erosión en esta región, así como deslizamientos y pérdidas millonarias para sus moradores. A raíz de esto, en diciembre de 1963, se dio la tragedia de Taras; de igual forma fue afectado todo este sector”, comentó el encargado del Parque, Horacio Herrera.

Prusia se reforestó en 1966, con especies de rápido crecimiento como el pino y el ciprés de zonas altas provenientes de diferentes partes del mundo.

Algunas curiosidades

En Prusia, por ejemplo, se encuentra una plantación de los árboles más altos del mundo, llamados sequoias, que son originarios de Estados Unidos, específicamente de California.

Las sequoias de Cartago ahora tienen unos 40 metros de alto y lo interesante es que todas tienen la misma edad pues se sembraron a la misma vez.

Hay muchísimos hongos, algunos venenosos.

Los hongos son abundantes, “porque el suelo es ácido y esta es una de las características ideales para surjan espontáneamente”, explicó Herrera.

Se ha logrado identificar alrededor de 65 especies de hongos entre ellos amanitas y boletos, hay algunos alucinógenos, otros muy venenosos y pocos comestibles, añadió el experto.

Hay algunos tan venenosos que con sola una mordida la persona puede caer muerta y el problema es que son muy similares a los comestibles.

Herrera advierte que los comestibles tampoco se pueden comer directamente, sino que hay que darle un tratamiento previo.

Muchos llegan “buscando plantaciones o una mancha amarilla dentro del parque, y eso no es así. Estas aparecen fuera del parque, cuando los agricultores, entre una cosecha y otra, dejan descansar la tierra y entonces siembran la mostaza que tiene una flor amarilla”, indicó.

En relación con la fauna, podríamos decir que es escasa debido a varios factores como el clima, el tipo de suelo. No obstante, si es un observador con mucha paciencia tal vez pueda ver algún pizote, un armadillo, un conejo o una ardilla.


El año pasado llegaron casi 80 mil visitantes.

Pero si es amante de las aves, en Prusia encontrará lo que busca: se han inventariado más de 46 especies como el pájaro carpintero, el colibrí de Irazú, la tangara de monte cejiblanca y hasta quetzales.
Cada vez más visitantes

El bosque Prusia estuvo cerrado del 2006 al 2009 y se volvió a abrir en 2010. Ese año, el número de visitantes fue de 6 000; en 2015 aumentó a 25 000, y el mayor número se alcanzó en 2016 con 77 900. “Y en lo que va de este año ya tenemos registrados 50 000 visitantes”, dijo Herrera.

La mayor afluencia se debe a varios factores, entre ellos el mejoramiento de los caminos, pues ahora se puede llegar fácilmente hasta la entrada.

El parque está abierto todos los días de 8 am a 3:30pm. La entrada cuesta 400 colones para niños menores de 12 años y 1 000 colones para los mayores.

No se permite ingresar con alimentos a los senderos, fumar, ni consumir bebidas alcohólicas, acampar o extraer ninguna especie del parque. Todo esto con el fin de conservar la naturaleza y disfrutar del silencio y del canto de las aves.



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