Cuidado con cangrejos de agua dulce

Peligrosa enfermedad se puede transmitir al comer cangrejos de agua dulce  

Evite comer cangrejos de río crudos, mal procesados o cocidos de forma parcial pues esto lo expone a adquirir paragonimiasis humana, una enfermedad parasitaria que puede ser muy peligrosa.

Cuando una persona ingiere un cangrejo infectado con el parásito, su larva migra del intestino a los pulmones, así como a otros órganos tales como: cerebro, médula espinal, pericardio, ojos, útero, escroto y tejidos subcutáneos. En casos graves podría ocasionar hasta la muerte.

Un estudio realizado con presupuesto del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) y en el que intervinieron investigadores de la Universidad Nacional (UNA), Universidad de Costa Rica (UCR), el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR) y la Universidad Estatal a Distancia (UNED) recolectó 347 muestras de cangrejos de la familia Pseudothelphusidae para estudiar la enfermedad.

Las muestras fueron posteriormente diseccionadas para identificar si las metacercarias (la forma infectante) del parásito estaban presentes en ellas. Para eso se utilizaron técnicas moleculares, así como la estereoscopia y microscopía electrónica.

La recolección se efectuó en 12 quebradas del país, tanto de la vertiente Atlántica (Limón, Guácimo, Sarapiquí Talamanca y Parismina), como en la vertiente del Pacífico (Upala, Nicoya, Parrita, Buenos Aires, Coto Brus, Puriscal y Moravia).

De los 347 cangrejos analizados se detectó que 44 de ellos (12,7%) estaban infectados con el parásito. El órgano donde se encontró el mayor porcentaje de metacercarias (56,3%) fue el hepatopáncreas, seguido por el tejido muscular (43%) y las branquias (0,7%) de los cangrejos.

De las zonas analizadas, en las únicas donde no se detectó la presencia del parásito en los crustáceos fueron Nicoya, Parismina, Puriscal y Moravia.

La presencia de parásitos en los cangrejos motiva a los investigadores a alertar a la población, para que sean precavidos al consumir estos crustáceos y tomen las medidas necesarias, por ejemplo cocinarlos, e instar a los niños para que no los consuman crudos.

Gaby Dolz, infectóloga de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional (UNA), explicó que en los últimos 50 años se han detectado 46 casos en humanos y que en el 90% de estos fueron niños los afectados. Además, se trata de un padecimiento que suele registrarse en zonas rurales.



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