Una reforma al reglamento de las asociaciones es necesaria para reducir riesgos con el manejo de los recursos de los asociados. Este es el planteamiento que lanzó el Movimiento Solidarista Costarricense al señalar que el cambio debe tomar en cuenta las diferencias de cada sector en el que estas se desarrollan, según el presidente de la entidad, Raúl Espinoza.
El Jerarca explicó que actualmente la ley no limita las actividades financieras de las asociaciones solidaristas, pero que el objetivo de estas debe estar en salvaguardar los ahorros de los trabajadores y potenciar los servicios que ofrecen para mejorar sus condiciones laborales, y no en maximizar sus utilidades.
Para ello el Movimiento propone que el solidarismo se encause en la formalidad que abogue por una regulación diferenciada que vaya acorde al tipo de actividad que realizan las asociaciones, entendidas como organizaciones diferentes de las financieras o los bancos comerciales.
“Lo que quisiéramos es que el mercado solidarista, los poco más de 1.200 asociaciones, tenga una guía, tenga una supervisión, queremos que no se vea como una camisa de fuerza sino como una guía de actividades de buen gobierno para ver qué cosas han sucedido en otros países que no quisiéramos que sucedan aquí (en Costa Rica)”, dijo Espinoza.
El jerarca manifestó que es necesario efectuar modificaciones en los mecanismos de control, de gerencia y de gobierno corporativo del sistema solidario porque este tiene 70 años y no está sujeto a las nuevas condiciones del entorno generados por una sociedad cada vez más sofisticada.
“Tenemos que ubicarnos y ver cuáles son las cosas que debemos nosotros de atender con mayor premura, dándole privilegio a los objetivos por los cuales son creadas estas organizaciones y no pretender convertirlas en cosas que no son ni tienen la estructura para serlo”, agregó Espinoza.
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