Nicaragua logró una remontada histórica tras perder el partido de ida 3-1 en puerto Príncipe el pasado viernes.
Fue un partido intenso en el que los nicaragüenses tuvieron control del balón, pero durante 85 minutos no lograban definir frente al marco, perdiéndose varias oportunidades de anotar.
En el minuto 85, una falta de los caribeños frente al marco fue sancionada por el árbitro y cobrada por el capitán Juan Barrera, que convirtió en el primer gol.
El mismo Barrera, en una brillante jugada de cabeza y de espalda al marco, logró enviar la pelota al marco para el segundo tanto y una descolgada desde el terreno rival logró la tercera anotación en el minuto 89.
Poco antes, un gol de Haití fue anulado por el árbitro porque la pelota ya había salido del terreno, lo que devolvió la calma a la afición que colmó el estadio de Managua.
El director técnico de Haití, Jean-Claude Josaphat, manifestó su inconformidad por el arbitraje del partido y atribuyó a una mala apreciación el penal que cambió la situación del juego.
También protestó por la cancelación del gol a su equipo.
"Una remontada de 3-1 solo lo pueden hacer grandes selecciones y hoy Nicaragua se ha puesto la etiqueta de grande", dijo con emoción su director técnico, el costarricense Henry Duarte.
Nicaragua, que por años ha sido considerada la cenicienta del fútbol en Centroamérica, a juzgar por los entendidos de este deporte, ha mejorado su calidad y por segunda ocasión logró su pase a la Copa de Oro de la Concacaf. La primera vez fue en el 2009.
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