La feria se prolonga hasta finales de marzo y los precios son excelentes...
Durante dos semanas 50 familias de cebolleros se reúnen frente a la centenaria iglesia católica de Santa Ana.
Es una tradición, también centenaria, que congrega a padres, hijos, abuelos y nietos en un encuentro anual que campesinos y compradores esperan con ansias.
Se siembran tres variedades: blanca, amarilla y morada. Y también ajos. Desde que se planta la semilla hasta que se cosecha, transcurren 4 meses.
Los precios son verdaderamente atractivos: las blancas y moradas, ¢1.000 colones el kilo y la amarilla a ¢700.
La cebolla de Santa Ana tiene una particularidad: es más seca. Una trenza puede durar 100 días y no contiene preservantes. Se afirma que la cebolla importada contiene un químico que evita que le salgan brotes. Esta no.
Juan Miguel Córdoba disfruta tanto esta época, que siembra un cuarto de hectárea solo para llevar su producto a la feria. Con humor, recuerda que antes el pueblo era tan chiquitico que “uno pelaba una cebolla y todo el mundo lloraba”.
La Feria de la Cebolla es organizada por el Centro Agrícola Cantonal y la Municipalidad de Santa Ana, quien apoya a los organizadores.