Las adicciones digitales plantean la paradoja de que algo Ăştil y beneficioso llegue a convertirse en un serio problema personal, familiar, profesional y de salud.
SegĂşn la OMS (OrganizaciĂłn Mundial de la Salud), la adicciĂłn es una enfermedad mental. AsĂ, para centrar la cuestiĂłn de las adicciones digitales en general, y de Internet en particular, se debe atender a criterios psicolĂłgicos. Cuando se produce un uso excesivo y problemático de Internet, se trata de una dependencia. Algo que es Ăştil, beneficioso y placentero llega a convertirse en un serio problema personal, familiar, profesional y hasta de salud.
Recientes estudios de investigaciĂłn consideran, la existencia de conductas adictivas que no implican necesariamente el consumo de sustancias. Los estudios realizados muestran que, efectivamente hay adolescentes que presentan adicciones digitales (dependencia de Internet, del mĂłvil y los videojuegos)
¿Cuando podemos decir que sufrimos de adicciĂłn digital?
Los principales sĂntomas de la adicciĂłn a Internet, segĂşn exponen ChĂłliz y Marco en su libro*, son los siguientes:
Malestar clĂnicamente significativo ante la imposibilidad de conectarse a Internet o cuando se lleva un tiempo sin hacerlo, lo cual es un ejemplo de sĂndrome de abstinencia.
Empleo de excesivo tiempo en actividades relacionadas con Internet.
Se dejan de hacer otras actividades por conectarse a Internet, como por ejemplo quedar con los amigos, pasar tiempo con la familia u otras actividades de ocio (leer, escuchar mĂşsica, hacer deporte, etc.)
¿CĂłmo influye sobre nuestra salud?
La adicciĂłn a Internet es el tipo de adicciĂłn digital sobre la que existe mayor informaciĂłn e investigaciĂłn y sobre la que se ha alcanzado un mayor consenso acerca de su entidad como trastorno por dependencia.
La poblaciĂłn de mayor riesgo son los adolescentes, debido a que tienen en las redes sociales los mejores recursos para ampliar sus relaciones interpersonales y resolver (o complicar) sus relaciones afectivas.
Conforme se van desarrollando las tecnologĂas y aparecen nuevas funciones que son usadas por los adolescentes de manera universal, hay un pequeño porcentaje que puede tener problemas de abuso y dependencia”, ha dicho ChĂłliz, quien ha precisado que es difĂcil dar una cifra de afectados porque aĂşn se están desarrollando elementos de diagnĂłstico.
Las adicciones digitales no tienen la misma gravedad que otras adicciones afirma este profesor de psicologĂa, sin embargo pueden llegar a convertirse en una patologĂa, la persona necesita más, no es capaz de dejarlo e interrumpir esta actividad le genera molestias y ansiedad, lo más parecido a tener un “sĂndrome de abstinencia”.
Tratamiento
Los investigadores ChĂłliz y Marco han adecuado protocolos de tratamiento aplicados a otras adicciones para adaptarlos al tratamiento de personas que desean superar una adicciĂłn digital. El objetivo es que la persona pueda usar la tecnologĂa pero de una forma controlada.
Para el tratamiento de las adicciones digitales es fundamental el papel de la familia segĂşn afirma ChĂłliz, ya que los padres con unas pautas dadas por el terapeuta, son un gran apoyo para superar estas adicciones.
Pero de poco sirve hablarle a un hijo del uso del móvil y variantes de comunicación multimedia y red social, si los adictos son los padres. Quizá hay que revisar la adicción de los padres al sucedáneo de las relaciones virtuales y las conversaciones que enmascaran la soledad. Contra la soledad, solo cabe el remedio de la generosidad. Preocuparse por los demás. Implicarse, con tiempo y ocupación.
Por Ăşltimo, destacar que hay que diferenciar entre uso, abuso y adicciĂłn, y solo quedarse con el primero.
Fuentes: *Mariano ChĂłliz, Clara Marco. AdicciĂłn a Internet y redes sociales. Tratamiento psicolĂłgico. Alianza Editorial. 2012.
Fernando Alberca. GuĂa para ser buenos padres de hijos adolescentes. Ediciones El ToromĂtico. 2011.
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